Resumen
El apego a la vida suele ser más fuerte que todas las miserias del mundo, y aunque
muchos juzguen que la vida no vale la pena ser vivida, son pocos los que se
suicidan. Esto se debe a que el querer la vida no implica más que el que se la
quiera. En este hecho radica el que expongamos y cuestionemos en este artículo
la esencialidad del querer, a la luz de la voluntad de vivir y la voluntad de morir.
¿Aquello que queremos es realmente la vida o simplemente vivimos para liberarnos
de ella?