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in Boletín de filología
La correspondencia morfológica tripartita del tipo Marx, marxismo, marxista , según el modelo basado en palabras
Resumen:
Usualmente, la formación tripartita de palabras del tipo Marx, marxismo, marxista se analiza mediante la postulación de un par de sufijos que se agregan sucesivamente a una base. En este sentido, se considera que los sufijos -ismo e -ista son los sufijos derivativos en relación solidaria más productivos del español. En el presente artículo, presentamos en breve la problemática que hay al respecto de este análisis general basado en morfemas. Se propone dejar de lado la perspectiva concatenativa -considerada a veces de manera implícita como la única opción disponible en morfología- y partir desde la perspectiva de la morfología basada en palabras para realizar un análisis de esta formación tripartita que sea de carácter relacional y esquemático. Se demostrará que nuestro análisis, basado en esquemas de palabras, captura mejor y de manera intuitiva todas las dimensiones lingüísticas interrelacionadas entre sí que entran en juego en esta correspondencia morfológica.
1. Introducción
La formación tripartita de palabras del tipo Marx, marxismo, marxista se encuentra entre los procesos lexicogenésicos más estudiados del español. Entre las investigaciones recientes sobre el tema podemos mencionar: Rainer 1993; Beniers 1992 y 1996; Santiago y Bustos 1999; Varela 2005, y Muñoz 2010. Todos ellos coinciden en señalar la gran productividad de las derivaciones que hay al respecto. Usualmente, tales derivaciones se analizan mediante la postulación de un par de sufijos (-ismo e -ista) que se agregan sucesivamente a una base. Por lo regular, en las investigaciones mencionadas se estudia las características tanto de la estructura como del significado de cada uno de estos afijos por separado. En todos los casos se da cuenta de dos problemáticas: su extendida polisemia, por un lado, y, por otro, la vacilación en la dirección de la derivación en aquellos casos donde un derivado en -ista parece provenir de una palabra derivada en -ismo, y viceversa. El problema en este último caso es que, desde una perspectiva concatenativa, para no obtener un derivado agramatical como *marxismista, se debe postular un acortamiento de la base: marxismo + -istamarx(ism)ista. A este problema en particular se han referido Rainer (1993: 572) y Santiago y Bustos (1999: 4571) quienes consideran, como alternativa a la elisión, formas supletivas de la base.
Desde otro punto de vista, algunos investigadores opinan que deben estudiarse los vínculos que establecen ambos sufijos entre sí; tal es el caso de Muñoz (2010: 189), quien remarca la ausencia de estudios sobre la relación, tanto morfológica como semántica, entre ambos afijos y opina que “…no siempre es fácil determinar el orden de formación de los dos derivados” (2010: 194). En el mismo sentido, Varela (2005) considera que -ismo e -ista son sufijos en secuencia que tienen relación tanto semántica como formal, pero advierte que no siempre puede encontrarse el correlato. Para esta investigadora, “…la relación entre los dos sufijos ha de establecerse solo en términos semánticos y en la dirección -ismo> -ista” (2005: 47). Por su parte, Beniers (1996: 32) prefiere llamarlos sufijos solidarios, y encuentra que este fenómeno aparece sobre todo con el significado de adhesión ideológica, -ismo para la ideología, e -ista para sus seguidores.
Con respecto a la polisemia de los derivados, la mayoría de los autores mencionados coinciden en la diversidad de valores que se pueden encontrar en ambos sufijos. La Nueva gramática de la lengua española (en adelante NGLE) describe los valores más comunes para estos (2010: 121). En el caso de -ismo, el grupo más numeroso de derivados tiene el valor de doctrina e ideología (marxismo); otros significados son el de géneros artísticos (clasicismo), cualidad o condición (analfabetismo), dolencias o hábitos (tabaquismo), deportes (atletismo), actitudes (fatalismo) y origen (italianismo). Para -ista, reconoce los siguientes valores (2010: 127): partidario de una ideología (marxista) cuando coincide con el derivado correspondiente en -ismo, practicante de un deporte (ciclista), profesión (socorrista), especialidad (medievalista), actitud (alarmista), ejecutante de música (flautista), operador (telefonista), oficio designado por la materia de trabajo (ceramista), oficio creativo (articulista), entre otros. Podemos decir que este último sufijo es más polisémico.
Como podemos notar, parece haber coincidencia en las descripciones individuales de los sufijos y en la identificación de los problemas que presentan dichas descripciones. Desde nuestro punto de vista, la extensa polisemia y el problema estructural de la dirección de la derivación se podría resolver analizando con mayor detenimiento la estrecha relación que guardan ambos sufijos. Para describir de mejor manera el fenómeno de solidaridad entre -ismo e -ista, proponemos hacer un análisis a partir de un modelo morfológico basado en palabras en vez de morfemas.
En el presente artículo, no se trabajará con una perspectiva concatenativa basada en morfemas -considerada a veces de manera implícita como la única opción disponible en morfología (Bauer 1988: 4)- sino con un modelo basado en palabras de carácter relacional y esquemático (para la distinción que se hace entre ambas perspectivas morfológicas ver: Aronoff 1976; Ford, Singh y Martohardjono 1997; Anderson 1992; Haspelmath y Sims 2010; Hernández y Zacarías 2015). Esto nos permitirá trabajar de manera homogénea la polisemia además de lograr una representación intuitiva que no dependa de la direccionalidad del proceso morfológico. Desde nuestro punto de vista, la direccionalidad del proceso es el origen del problema que enfrenta un modelo concatenativo para explicar este tipo de relaciones tripartitas, ya que se parte de una concepción derivacional de la morfología. En cambio, el modelo que proponemos es no-derivacional en el sentido de Orgun (1996: 12), por lo que se logra una interpretación en la cual las operaciones entre palabras son llevadas a cabo en paralelo y su resultado nunca depende del orden estructural y temporal en el cual son aplicadas.
A continuación, se presenta la problemática concerniente al análisis concatenativo hecho mediante los sufijos -ismo e -ista. Después, se presentará formalmente nuestro objetivo y el modelo de análisis que se propone, el cual está basado en esquemas de palabras que capturan de manera intuitiva las dimensiones lingüísticas interrelacionadas entre sí que entran en juego en esta formación tripartita.
2. Planteamiento del problema
Una de las problemáticas que enfrenta el modelo morfológico más general es la postulación de morfemas con un comportamiento exótico (Hockett 1947: 323) desde un punto de vista estructural. La exoticidad de muchos morfemas consiste en que, en dadas circunstancias, rompen con las nociones del apareamiento biunívoco entre la forma y el significado; con el binarismo en la distribución de niveles, y con la linealidad en el orden de los elementos concatenados (Anderson 1992: 48). Otro tipo de exoticidad consiste en la postulación de diversas gradas que ocuparían ciertos morfemas en relación con una grada que sería el esqueleto de la palabra (para las problemáticas respecto a la postulación de gradas, ver McCarthy 1992).
Algunos de estos morfemas exóticos deben postularse dentro de un marco estructural (incluso cognitivo) cuando la noción de la simple agregación binaria lineal del material fonológico de manera concatenativa no es suficiente para explicar un proceso morfológico. Usualmente, son formaciones donde se dispara algún proceso que debe efectuarse respecto a la base, mediante algún otro morfema que aquel que correspondería al material afijado, como por ejemplo, en el caso de los morfemas “sustractivos” ([FRANCÉS] /movε-Ø/Adj.masc ‘malo’ vs. /movεz/Adj.fem ‘mala’; esto es, no se puede formar el femenino a partir del masculino) y “reemplazantes” ([INGLÉS] mouse Ns, ‘ratón’ >mouse Ns+ -ØNp> m-i-ce-ØNp= mice ‘ratones’; esto es, desde una perspectiva estructural, no se puede dejar de postular un morfo o formativo que corresponda al plural). El problema con ambos morfemas es que, tanto la “sustracción” como el “reemplazo”, son representados por un segmento o morfo vacío Ø, el cual, no obstante, ocuparía estructuralmente el lugar de un morfema sin forma pero con distintas dimensiones funcionales y significativas.
Ahora bien, en el caso que nos ocupa, para realizar un análisis rigurosamente concatenativo, por ejemplo, de las palabras Marx, marxismo y marxista, según el modelo basado en morfemas, se puede postular alguna de las siguientes dos rutas:
Marx; Marx + -ismo = marxismo; marxismo + -ista > marx-ismo + -ØSustr + -ista = marxista.
Marx; Marx + -ismo = marxismo; marxismo + -ista > marx(ismo) + -(Ø)Reempl + -ista = marxista .
De acuerdo con la primera ruta (1), se requiere postular un morfema cero sustractivo cuya función sería la de sustraer el material fonológico -ismo respecto de la base marxismo, para que luego se agregue -ista y se obtenga propiamente la forma marxista. De acuerdo con la segunda ruta (2), se requiere postular un morfema cero reemplazante cuya función sería la de ordenar el reemplazo del material fonológico (-ismo), respecto de la base marx(ismo), por -ista, para que así se obtenga propiamente la forma marxista. En ambos casos, se trata de una solución ad hoc para evitar la formación puramente concatenativa *marxismista que sería aquella que lógicamente se esperaría en una concatenación pura. En cambio, desde la perspectiva basada en palabras es posible analizar las correspondencias morfológicas anteriores sin la necesidad de postular segmentos ni morfemas, sino únicamente relaciones puntuales que dejan un determinado residuo fonológico, tal como se verá más adelante. Nuestra hipótesis a este respecto es que esta formación morfológica tripartita es puramente relacional, como sigue:
[Marx
alt text
marxismo
alt text
marxista]
Ambas líneas con un punto en cada extremo representan una interrelación puntual, esto es, una relación simultánea y recíproca entre dos palabras. Mediante ello se simbolizará la covariación de características funcionales, estructurales y categoriales interdependientes entre conjuntos de palabras. Como se señaló arriba, en el modelo que proponemos no hay direccionalidad ni estructural ni temporal. Por lo tanto, el hecho de presentar los datos en un determinado orden es una cuestión meramente convencional impuesta por la escritura.
Por otro lado, consideramos que la polisemia presentada en general respecto a los sufijos -ismo e -ista es problemática. Por ejemplo, Beniers (1992: 337) concluye que -ismo se añade a bases adjetivas (con preferencia por adjetivos complejos en -ista e -ico) y sustantivas (generalmente nombres propios), así como a frases y formas cultas no autónomas, para formar ‘nombres de cualidades’ y de ‘poseedores de cualidad’ principalmente, además de designaciones de ‘movimientos sociales’ e ‘ideologías’, así como ‘nombres de acción’. Todos estos significados y las variadas subclases que propone difícilmente se ordenan de manera armoniosa, como puede notarse en las siete glosas que propone para el sufijo -ismo, más las diversas paráfrasis que presenta cada glosa (Beniers 1992: 320).
En tanto que al analizar el significado del sufijo -ista, Beniers afirma que este significa al menos tres cosas distintas (1996: 29):
  • -ista agente: agiotista, carterista, alquimista, elevadorista, artista, novelista, etc.
  • -ista poseedor: accionista, latifundista, especialista, profesionista, etc.
  • -ista perteneciente a: asambleísta, panista, sindicalista, seminarista, etc.
Con respecto al primer grupo (a), destaca que la palabra derivada en sí no informa ni sobre la actividad, ni sobre la relación que se establece entre el agente y lo denotado por el sustantivo base (1996: 31). Desde el sistema no se requiere que, por ejemplo, novelista se refiera al que escribe novelas, o carterista al que hace carteras. Se trata más bien de lexicalizaciones idiosincráticas que se tienen que memorizar, opciones históricamente tomadas por la comunidad. Y muchas veces es a partir del conocimiento de la realidad que se desechan o adoptan determinadas interpretaciones.
El grupo (b) es el que presenta menos ejemplos. Según la autora, aquí el sufijo designa al poseedor de lo denotado por la base, compitiendo así con el sufijo -oso. En cuanto al grupo (c) aquí el sufijo designa a entidades y personas por su pertenencia a organismos o grupos. Para Beniers (1996: 32), este significado es el que debe tomarse como su papel específico en la lengua: el de designar a las personas por su adhesión ideológica a lo expresado por la base.
Por lo demás, es sobre todo respecto a esta última función que se presenta el fenómeno de la solidaridad entre los sufijos -ismo e -ista. Esto es, se da el caso de que coocurren con tal frecuencia -ismo e -ista con la misma base, o en la misma familia, que surge una fuerte presión paradigmática entre ambos elementos, lo cual crea no pocas dificultades metodológicas para la descripción morfológica, así como para la práctica lexicográfica (Beniers 1996: 33):
Unas veces se hace proceder la palabra en -ismo de la de -ista: muralismo ‘movimiento de los muralistas’, otras, al revés, muralista, ‘pintor dedicado al muralismo’, y diferentes diccionarios pueden proceder de diferente manera para un mismo par de palabras […] Siempre está presente el fantasma de la circularidad y de la diversidad de opciones con estos sufijos.
Finalmente, Beniers menciona un último grupo conformado por bases adjetivas en las que la palabra derivada denota ‘que alguien favorece o sobrevalora lo denotado por el artículo’ (legalista, populista, cientificista, etc.). Y para todas estas palabras se puede dar por hecho la formación del término correspondiente en -ismo, sea como ‘abstracto de cualidad’, o según la apreciación de los hablantes sobre la amplitud con que se presentan estas actitudes o la cohesión que hay entre los que las profesan, como ‘designación de una corriente o doctrina’: “Como se ve, esto en última instancia es cuestión de fenómenos extralingüísticos” (1996: 39).
Si bien es cierto que, desde una perspectiva basada en morfemas, se puede esperar que los segmentos morfológicos presenten polisemia, consideramos que, en el caso de los valores semánticos asociados con -ismo, la polisemia se ordena de manera irregular (‘nombre de cualidad’, ‘poseedor de cualidad’, ‘ideología’, ‘asociación’, ‘nombre de agente’, etc., más subclases), y en el caso de los valores asociados con -ista, la polisemia se acumula de manera irregular (‘agente de’, ‘poseedor de’, ‘perteneciente a’).
Nuestra hipótesis al respecto es que, desde una perspectiva basada en palabras, es posible capturar mejor la polisemia que hay en este tipo de formación solidaria, mediante la postulación de esquemas de palabras tripartitos que parten de la noción de una palabra simple relacionada de manera puntual con otra palabra que expresa su dominio propio, la cual, a su vez, se relaciona de manera puntual con una tercera palabra que expresa algo relativo a este dominio. He aquí el esquema semántico que proponemos en términos generales:
[‘x’
alt text
‘dominio y de x’
alt text
‘relativo a y’]
Finalmente, consideramos que el análisis morfológico basado en morfemas de los sufijos solidarios -ismo e -ista no solo genera dificultades metodológicas para la descripción morfológica, así como para la práctica lexicográfica-tal como lo reconoce Beniers- sino que también lleva a realizar un análisis equívoco. Por ejemplo, Beniers (1992: 230) considera que la vacilación, al momento de la elección entre las posibles rutas de la derivación, en su opinión queda en manos de factores extralingüísticos:
Marx, marxismo, marxista:
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marxismo: ‘doctrina desarrollada por Marx’ (Marx + -ismo = marxismo)
marxista: ‘adherente o partidario del marxismo’ (marxismo + -ista> *marxismista = marxista)
marxista: ‘seguidor de Marx’ / ‘adherente de la doctrina de Marx’ (Marx + -ista = marxista)
Como se puede apreciar, la problemática del análisis morfológico concatenativo descrito arriba debilita el formalismo del modelo basado en morfemas, y las nociones de morfemas “sustractivos”, “reemplazantes” o “multifuncionales”, no la resuelven satisfactoriamente. Además de que la explicación sobre la polisemia y el funcionamiento de estos sufijos solidarios, descrita arriba, la hace recaer en última instancia en factores extralingüísticos subjetivos que resultan poco convincentes.
En lo que sigue de este artículo, después de clarificar nuestro objetivo se presentará formalmente una propuesta de análisis morfológico basado en esquemas de palabras.
3. Objetivo
El objetivo del presente artículo es presentar una propuesta de análisis morfológico basado en esquemas de palabras que logre explicar la extendida polisemia y que describa adecuadamente la interrelación tripartita de palabras morfológicamente emparentadas del tipo Marx, marxismo, marxista. El modelo será utilizado para abstraer esquemas de bajo nivel que nos permitirán representar de manera intuitiva las generalidades que hay en las interrelaciones puntuales entre estos tipos de palabras. Al final del análisis, se presentará el esquema general junto con sus subesquemas, además de una ruta de preselección que será puesta a prueba con neologismos. Se demostrará que la manera de analizar este proceso tripartito de formación de palabras resulta natural y predictiva, ya que se basa en el uso de las estructuras lingüísticas por los hablantes, además de que incorpora de manera organizada la polisemia que hay en dicho proceso.
4. El modelo morfológico basado en palabras
De manera general, el modelo morfológico basado en palabras se distingue del modelo basado en morfemas, en que no emplea subunidades con forma y significado que sean menores a la palabra. Detrás de este modelo hay toda una tradición morfológica antiquísima -en sánscrito, griego y latín, principalmente- conocida en general como el modelo de Palabra y Paradigma (Blevins 2013). Sin embargo, usualmente se cita el trabajo de Aronoff (1976) y el de Anderson (1992), como dos obras pioneras que son el fundamento de las versiones modernas de esta corriente. Aronoff (1976: 21) definió la noción de morfología basada en palabras de esta manera:
Hipótesis: Todo proceso regular de formación de palabras está basado en palabras. Una palabra nueva se forma aplicando una regla a una palabra simple que ya existe. Ambas palabras, la nueva y la que ya existe, son miembros de las categorías léxicas mayores. Cualquier teoría para la cual esta hipótesis es un supuesto básico la llamaremos una teoría de morfología basada en palabras. La hipótesis de Aronoff restringe la formación de palabras al nivel de la palabra en un marco correspondiente al modelo clásico de “Unidad y Proceso” (cf. Hockett 1954). Y esta restricción se debe a la observación de que: “en muchos casos, aquello que juega el papel de signo mínimo debe ser movido un nivel hacia arriba, [esto es,] al nivel de la palabra” (Aronoff 1976: 14).
Por su parte, Anderson (1992: 1) enfatiza la noción de la morfología como el estudio de las relaciones entre palabras, en vez del estudio de signos discretos mínimos que pueden ser combinados para formar palabras complejas. Su perspectiva es, conceptualmente, una teoría morfológica que no requiere de los morfemas:
La estructura de las palabras es un sistema de relaciones reguladas entre estas mismas palabras, lo cual conduce a la eliminación de gran parte del aparato de los elementos que serían límites internos de las palabras y de las estructuras de constituyentes comunes en las discusiones morfológicas… Es una teoría que minimiza la cantidad de forma (no-fonológica) que se asigna a las palabras.
Anderson justifica la elección de la palabra como unidad de análisis relacional diciendo que la estructura de la palabra solo puede ser entendida como el producto de principios interactuantes que proceden al unísono desde varias partes de la gramática: al menos fonología, sintaxis y semántica, en adición al lexicón. Esto es, la existencia de principios coherentes que tienen determinado alcance en cada instancia formativa es lo que define un dominio gramatical, sin importar si ese alcance puede ser localizado de la manera en que tradicionalmente se asume que hay componentes que se concatenan. Anderson rechaza la utilidad de los morfemas clásicos para realizar el análisis morfológico y postula que, de manera general, las palabras no tienen una estructura morfológica a la cual referir reglas fonológicas o morfológicas.
Finalmente, a partir del trabajo pionero de Aronoff y Anderson surgió el modelo de morfología de la palabra completa, Whole Word Morphology (Ford, Singh y Martohardjono 1997; Singh y Ford 2000; Neuvel y Singh 2002), que desde la década de los 90 ha revolucionado de manera importante al análisis morfológico de carácter relacional basado en palabras acabadas y dispuestas para usarse. Es compatible con el modelo de redes de Bybee (1996), según el cual los patrones morfológicos emergen de redes de asociación; con los supuestos de Langacker respecto a la primacía de la palabra en morfología (1999); y con el modelo de Construction Morphology, desarrollado por Booij (2010).
Neuvel (2003: 9) considera que la morfología de la palabra completa debe ser definida de manera independiente a cualquier otro modelo de corte estructuralista o funcionalista, bajo las siguientes premisas más generales:
Es solo al nivel de la palabra completa que la forma se asocia con el significado de manera inequívoca (cf. Robins 1959; Aronoff 1976).
Las palabras no tienen estructura interna que no sea fonológica (Anderson 1992: 295, cf. también Ford y Singh 1991).
Este autor enfatiza, respecto a las interrelaciones morfológicas, la doble implicación lógica que hay entre ambas formas de palabra en una correspondencia morfológica (por ejemplo, respecto a lata ↔ enlatar: si /X/ entonces /X′/, si y solo, si /X′/ entonces /X/). Así que representa esta doble implicación formal mediante una flecha bidireccional ↔ aceptando con ello, de manera implícita, que cada palabra funciona indistintamente como la base de una derivación relacional recíproca una de la otra, lo cual, desde una perspectiva cognitiva, es poco probable que suceda, dada la iconicidad semántica.
En suma, lo anterior es una muestra de que en el horizonte de la perspectiva morfológica basada en palabras ha habido un desarrollo de distintas ideas que, más que contraponerse, se complementan entre sí. De entre estas, lo que nos interesa destacar a nosotros respecto a la formación de palabras es la idea de que las interrelaciones entre palabras completas pueden ser esquematizadas mediante una correspondencia morfológica (Haspelmath y Sims, 2010). Dicho de manera breve, lo que nos interesa estudiar son tan solo las relaciones puntuales que hay entre pares de palabras:
([/X/α ‘x’] [/X′/β ‘y’])
Es por ello que, desde una perspectiva cognitiva (Langacker 1987, 1990, 1999), al hacer un balance de los pros y los contras que hay en estos modelos apenas descritos en cuanto al estudio de la formación de palabras, se ha decidido postular un modelo basado en esquemas de palabras que recupere las siguientes bondades:
la tesis del análisis morfológico de carácter relacional,
la tesis de la interrelación entre unidades, y
la tesis del procesamiento cognitivo de unidades lingüísticas.
Nuestro modelo retoma estas tesis y las acondiciona de manera tal que emerge un modelo morfológico cognitivo intuitivo. A la tesis del análisis morfológico relacional se le suma la noción de la covariación (representable mediante una correspondencia morfológica); a la tesis de la interrelación se le restringe su dinamismo bidireccional y se la afina con la noción estática de una interrelación puntual (entre cada conjunto de palabras estudiado); y a la tesis del procesamiento cognitivo de unidades lingüísticas se la restringe al empleo de unidades que están sólo al nivel de las palabras completas. Por lo demás, este modelo está de acuerdo con las premisas generales de los estudios respecto a la formación de palabras hechos actualmente en la Lingüística Cognitiva (Onysko y Michel 2010; Taylor 2015).
En un artículo anterior (Hernández y Zacarías 2015), propusimos una versión preliminar de este modelo morfológico basado en esquemas de palabras y demostramos su eficacia analizando la formación de verbos causativos en /enXar/ del tipo envinar. En ese trabajo pudimos demostrar que la polisemia extendida se puede subsumir con una sola paráfrasis general que interrelaciona ‘x’ (vino) con ‘poner x’ (envinar), la cual se pudo especificar mediante siete subesquemas como sigue: ‘poner x sobre’ (embaldosar), ‘poner x dentro’ (envinar), ‘poner en forma de x (abstracto)’ (enrollar), ‘poner sobre x’ (encumbrar), ‘poner dentro de x (concreto)’ (embotellar), ‘poner dentro de x (abstracto)’ (encelar), y ‘volver x (abstracto)’ (emparentar). Mediante este análisis logramos superar el problema que representa para el modelo concatenativo un morfema discontinuo-tal como lo es el circunfijo en- -ar-, explicamos de manera ordenada la polisemia y diseñamos una ruta de preselección, respecto a la cual mediante el análisis de neologismos confirmamos su predictibilidad. En el siguiente análisis de relaciones tripartitas seguiremos en líneas generales el mismo procedimiento.
4.1 Los procedimientos del modelo basado en esquemas de palabras
A continuación se enumera una serie de pasos que configuran entre sí el procedimiento general:
La palabra se define como una unidad morfológica autosuficiente. Para que una expresión lingüística sea considerada una palabra debe poseer de manera inherente las siguientes características:
Una función semántica: correspondiente al significado de la palabra.
Una estructura fonológica: correspondiente a la forma de la palabra.
Una categoría sintáctica: correspondiente al uso oracional de la palabra.
Una relación formal se propone al menos entre un par de palabras. Sin embargo, los conjuntos más numerosos de pares de palabras son los que aseguran la validez de la sistematicidad en cada covariación estudiada.
Cualquier relación formal propuesta puede ser descrita de manera esquemática, ya sea mediante un Esquema de Palabras (4), o bien, mediante un Esquema de Formación de Palabras (5).
Cuando la esquematización de una relación formal arroja como resultado un conjunto con miembros que tienen una forma y significado similares, la representación de su relación puede ser descrita mediante un Esquema de Palabras [EP].
El EP más general es el siguiente:
alt text
Donde:
‘x’ es la función semántica de un conjunto de palabras.
/X/ es la estructura fonológica de un conjunto de palabras.
α es la categoría sintáctica asignada a un conjunto de palabras.
Cuando la esquematización de una relación formal arroja como resultado dos conjuntos con miembros que tienen una forma similar cuyo significado está en función uno del otro, y una categoría (o intracategoría) asignada distinta, la representación de su relación puede ser descrita mediante un Esquema de Formación de Palabras [EFP].
El EFP más general es el siguiente:
alt text
Donde:
‘x’ e ‘y’ son las funciones semánticas.
/X/ y /X’/ son las estructuras fonológicas.
α y β son las categorías (o intracategorías) sintácticas asignadas
alt text
indica una correspondencia morfológica puntual.
‘ indica una diferencia formal entre las estructuras fonológicas de ambas palabras. Dicha diferencia puede presentarse al principio, en medio, o al final. Y también puede ser una diferencia acentual o de alternancia vocálica.
vi) ‘ puede ser nula solo si α y β son categorías (o intracategorías) sintácticas distintas2.
Los cambios fonológicos automáticos que están cubiertos por las realizaciones sistemáticas de la lengua no forman parte de los esquemas morfológicos.
En lo que sigue, se presentará un análisis de las correspondencias morfológicas entre palabras del tipo Marx, marxismo, marxista, mediante esquemas que representan no ya la interrelación entre dos palabras, sino entre tres. En este sentido, el funcionamiento del siguiente esquema general de correspondencias morfológicas tripartitas será puesto a prueba en tanto que una hipótesis:
Cuando la esquematización de relaciones formales entre palabras arroja como resultado tres conjuntos con miembros que tienen una forma similar cuyo significado está en función unos de los otros, y una categoría asignada distinta, la representación de su relación puede ser descrita mediante un Esquema de Formación Tripartito de Palabras [EFTP].
El EFTP más general es el siguiente:
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Donde:
‘x’, ‘y’ y ‘z’ son las funciones semánticas.
/X/, /X’/ y /X˚/ son las estructuras fonológicas.
α, β y γ son las categorías (o intracategorías) sintácticas asignadas (de las cuales, al menos dos pueden coincidir entre sí).
alt text
indica una correspondencia morfológica puntual.
‘ y ˚ indican una diferencia formal entre las estructuras fonológicas de las palabras respecto a /X/. Dicha diferencia puede presentarse al principio, en medio o al final. Y también puede ser una diferencia acentual o de alternancia vocálica3.
A continuación se procede a mostrar el análisis hecho de las correspondencias morfológicas tripartitas entre palabras del tipo Marx, marxismo, marxista según este modelo.
5. Análisis de correspondencias morfológicas tripartitas del tipo Marx, marxismo, marxista
A continuación se presenta un corpus cualitativo de 100 palabras extraído del Diccionario de la lengua española de la Real Academia (DRAE), además de los Diccionarios de uso del español de El Colegio de México (DEM) y el de María Moliner, y de la muestras presentadas por Beniers (1992, 1996) y Fernández (2011) en sus respectivos artículos. Este corpus nos muestra una panorámica general acerca de la formación de palabras del tipo Marx, marxismo, marxista:
Como puede apreciarse en la muestra, en el Tabla I hay algunas correspondencias morfológicas tripartitas en donde falta alguno de los tres miembros. Sin embargo, proponemos que la ausencia de este miembro forma parte integral en la concepción de cada uno de los esquemas funcionales de bajo nivel que se presentarán un poco más adelante (Sección 5.1). De manera general, para comenzar a clasificar estas formaciones tripartitas, es posible dividirlas en aquellas cuya palabra semánticamente más simple, ubicada en la columna de la izquierda, denota un sustantivo, o bien, un adjetivo.
Los sustantivos se pueden dividir a su vez, en nombres propios (Marx, marxismo, marxista) y nombres comunes (humor, humorismo, humorista). Ahora bien, dentro de los nombres comunes, es posible distinguir tres subclases: 1) algunos que se emplean como conceptos de manera ideológica (capital, capitalismo, capitalista); 2) algunos que designan una acción efectuada (futbol, futbolista) y 3) algunos que designan un objeto concreto (piano, pianista). Por su parte, los adjetivos pueden dividirse en relacionales (existencial, existencialismo, existencialista; altruismo, altruista) y calificativos (estoico, estoicismo).
El comportamiento de ambas clases categoriales en cuanto a la formación tripartita parece ser homogéneo, tal como se verá en la siguiente representación simbólica de las funciones semánticas, dado que más bien es el significado de la palabra simple lo que marca una diferencia respecto al modus operandi de la formación. En todo caso, tras la obtención de los esquemas de bajo nivel, es posible proponer el siguiente esquema de formación tripartito general (Figura I) que cubre de manera lógica todos los tipos de correspondencias morfológicas tripartitas que están representados en el Tabla I:
En este esquema tripartito, la categoría asignada a la palabra simple ‘x’ es la de un sustantivo o adjetivo, dado que ambas cubren de manera genérica la muestra. Esta formación puramente relacional, de cierto modo, refleja la secuencia tanto semántica como formal que propone Varela (2005: 47) entre los sufijos -ismo e -ista. Ahora bien, se puede hacer una representación cognitiva de este esquema partir de simbolizaciones lingüísticas basadas en Langacker (1987, 1990). Es posible simbolizar con figuras geométricas la palabra simple y las dos funciones semánticas con las que se interrelaciona: un rectángulo representa el marco conceptual en el que se elabora una determinada significación genérica para una unidad convencional; un círculo representa una unidad convencional que ya está establecida en la lengua; una elipse representa el dominio cognoscitivo que se crea a partir de una unidad convencional, en tanto que una flecha representa un determinado tipo de relación.
He aquí la representación simbólica del esquema de formación tripartito general:
En la Figura II a), el término ‘x’ es una unidad convencional (Marx) que se representa como un círculo cognitivamente prominente (de aquí que su relleno sea sólido). En la Figura II b), el término ‘dominio y de x’ es una unidad convencional (marxismo) que se crea como el dominio cognitivo de otra (Marx), por lo cual se representa como una elipse cognitivamente prominente (de aquí que su línea sea sólida) que abarca hasta el punto tocado por una flecha sólida que procede del círculo que representa ‘x’, el cual crea y queda así circunscrito por su propio dominio. En la Figura II c), el término ‘relativo a y’ es una unidad convencional (marxista) que se relaciona con otra creada como un dominio (marxismo) a partir de una palabra simple (Marx), por lo cual se representa como un círculo pequeño prominente (de aquí que su línea sea sólida) del cual sale una flecha sólida que toca la elipse que representa el ‘dominio y de x’, la cual circunscribe a su vez al círculo que representa ‘x’.
Esta simbolización funciona de manera constante cuando es posible hallar las tres palabras que conforman una correspondencia morfológica tripartita como la que se está estudiando. Sin embargo, también es posible encontrar casos en donde alguna de estas unidades no es formada habitualmente en el uso de la lengua. Esto es, casos en donde puede quedar ausente aquello que es relativo al dominio ‘y’, o bien, aquello que constituye el propio dominio ‘y’, e inclusive casos en donde queda ausente el término ‘x’. Huelga decir que estas instancias modifican en parte las glosas del esquema general tripartito.
Tomando en cuenta las observaciones previas, estos últimos tres casos pueden simbolizarse como sigue:
1) Ausencia de una unidad convencional que representa ‘relativo a y’:
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‘x’(estoico) ‘dominio y de x’ (estoicismo)
Como puede apreciarse, en esta representación simbólica queda ausente la Figura II c) de la terna de arriba, en tanto que la interrelación entre ‘x’ y el ‘dominio y de x’ se describe igual.
2) Ausencia de una unidad convencional que representa ‘dominio y de x’:
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‘x’ (parodia) ‘relativo a x’(parodista)
Como puede apreciarse, en esta representación simbólica queda ausente la Figura II b) de la terna de arriba, en tanto que la Figura II c) representa aquí la relación directa entre ‘x’ y ‘relativo a x’, sin la intermediación de un dominio.
3) Ausencia de una unidad convencional que representa el término ‘x’:
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‘dominio y’ (altruismo) ‘relativo a y’ (altruista)
Como puede apreciarse, en esta representación simbólica queda ausente la Figura II a) de la terna de arriba, en tanto que el círculo punteado que corresponde a la Figura II b) y II c) representa un término ‘x’ que no es una unidad convencional establecida, pero que está implícito en el ‘dominio y’ y su relativo.
Luego, a partir de las glosas más abstractas que describen estas funciones semánticas, es posible establecer las siguientes especificaciones semánticas y categoriales para cada uno de los ocho tipos de interrelaciones que serán descritos en la siguiente sección (Tabla II), según los esquemas de bajo nivel abstraídos de nuestra muestra cualitativa:
Como puede apreciarse, estos ocho esquemas organizan de manera clara y coherente la polisemia desde las glosas más abstractas hasta las más específicas, dando cuenta así de los significados que estas glosas toman, dependiendo solamente de las características que le pertenecen a la palabra simple o término ‘x’ (incluso cuando este término queda ausente). A continuación, se presenta en detalle cada esquema de formación tripartita de palabras extraído de la muestra previa presentada en la Tabla I. Posteriormente, se hará un concentrado de los esquemas de bajo nivel para obtener una ruta de preselección, la cual será puesta a prueba mediante la clasificación de una muestra actual de neologismos.
5.1 Esquemas de Formación Tripartita de Palabras [EFTP]
EFTP 1: Marx, marxismo, marxista
En nuestro análisis morfológico, un nombre propio como Marx se relaciona puntualmente con un sustantivo marxismo, y este a su vez con un adjetivo, marxista. El sustantivo denota la ideología relacionada en general con un personaje, título o colectividad, mientras que el adjetivo denota a quien sigue o se identifica condicho personaje, título o colectividad. Cabe destacar que la posibilidad de relacionar entre sí las palabras Marx y marxista de manera directa se considera por nosotros como una extensión de significados que se da por metonimia.
El siguiente EFTP 1 subsume relaciones tripartitas en las que hay elaboraciones de este tipo, como por ejemplo: Castro, castrismo, castrista; Porfirio, porfirismo, porfirista; Asamblea, asambleísmo, asambleísta; PAN, panismo, panista; CNP, cenopismo, cenopista; Franco, franquismo, franquista,etc.:
‘nombre propio x’
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EFTP 2: humor, humorismo, humorista
En nuestro análisis morfológico, un nombre común como humor se relaciona puntualmente con un sustantivo humorismo, y este a su vez con un adjetivo humorista. El sustantivo denota el dominio relacionado en general y el adjetivo denota al agente de dicho dominio. Cabe destacar que la posibilidad de relacionar entre sí las palabras humor y humorista se considera una extensión de significados que se da por metonimia. Además, la categoría de adjetivo agentivo usualmente se traslapa con la de un nombre de agente.
El siguiente EFTP 2 subsume relaciones tripartitas de este tipo, como por ejemplo: macho, machismo, machista; perfección, perfeccionismo, perfeccionista; fórmula, formulismo, formulista; etc.
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EFTP 3: capital, capitalismo, capitalista
En nuestro análisis morfológico, un nombre ideológico como capital se relaciona puntualmente con un sustantivo capitalismo, y este con un adjetivo capitalista. El sustantivo denota la ideología relacionada en general y el adjetivo a quien sigue o se identifica en general con dicha ideología. Cabe destacar que la posibilidad de relacionar entre sí las palabras capital y capitalista se considera una extensión de los significados que se da por metonimia.
El siguiente EFTP 3 subsume relaciones tripartitas de este tipo: ánima, animismo, animista; evolución, evolucionismo, evolucionista; mural, muralismo, muralista; etc.
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EFTP 4: parodia, parodista
En nuestro análisis morfológico, un nombre de acción efectuada como parodia se relaciona puntualmente con un sustantivo parodista que denota al agente de dicha acción. Cabe destacar que la posibilidad de formar la palabra *parodismo queda bloqueada porque, de manera general, se consideraría redundante la elaboración del significado, ya que su función semántica competiría con el de parodia. Además, la categoría de adjetivo agentivo usualmente se traslapa con la de un nombre de agente.
El siguiente EFTP 4 subsume relaciones de este tipo: falta, faltista; broma, bromista; chantaje, chantajista; fútbol, futbolista; convención, convencionista; dieta, dietista; camping, campista; fusión, fusionista; cábala, cabalista, etc.
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EFTP 5: piano, pianista
En nuestro análisis morfológico, un nombre de objeto concreto como piano se relaciona puntualmente con un adjetivo pianista que denota a quien actúa sobre dicho objeto. Cabe destacar que en muchos casos la posibilidad de formar la palabra (*pianismo) queda bloqueada de manera general porque en este tipo de formación no se elabora el significado genérico ‘dominio y de x’ por considerarse más prominente a quién actúa sobre dicho objeto, más que el objeto mismo. Además, la categoría de adjetivo agentivo usualmente se traslapa con la de un nombre de agente.
El siguiente EFTP 5 subsume relaciones de este tipo: flauta, flautista; saxofón, saxofonista; teléfono, telefonista; cronómetro, cronometrista; máquina, maquinista; novela, novelista; cartera, carterista; paracaídas, paracaidista; pensión, pensionista, etc.
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Un caso complejo es el de máquina - maquinista, que si bien cumple con los requisitos de este esquema por ser una palabra concreta, también tiene asociada la palabra maquinismo, de reciente inclusión en el diccionario. Lo que sucede es que la palabra máquina es polisémica y cada uno de sus dos valores entra en distinto esquema. El primero, que es el que se incluye aquí, es como nombre de objeto con escasa prominencia, por lo que no crea su dominio propio. En cambio, la segunda acepción de máquina como entidad representativa de la modernidad sí crea su dominio propio y establece la relación máquina - maquinismo, por lo cual quedaría clasificada en el EFTP 3, como un nombre ideológico.
EFTP 6: existencial, existencialismo, existencialista
En nuestro análisis morfológico, un adjetivo relacional como existencial (que determina un tipo de corriente de pensamiento o escuela) se relaciona con un sustantivo existencialismo, y este a su vez con un adjetivo existencialista. El sustantivo denota la ideología relacionada en general con y el adjetivo a quien sigue o se identifica con dicha ideología. Cabe destacar que la posibilidad de relacionar entre sí las palabras existencial y existencialista no se considera por nosotros como una posible elaboración, sino más bien como una extensión de los significados que se da por metonimia.
El siguiente EFTP 6 subsume relaciones tripartitas de este tipo: positivo, positivismo, positivista; formal, formalismo, formalista; surreal, surrealismo, surrealista, etc.
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EFTP 7: altruismo, altruista
En nuestro análisis morfológico, un sustantivo que denota un dominio como altruismo se relaciona puntualmente con un adjetivo altruista que denota lo relativo al dominio. Cabe destacar que, haciendo una reflexión metalingüística, si existiera en español la palabra simple *altru esta correspondería a un adjetivo relacional que completaría la formación tripartita. Sin embargo, esta opción queda bloqueada de manera general porque cuando hay la posibilidad de rastrear en este tipo de formación el término ‘x’ resulta que pertenece a un vocablo de otro idioma (FRANCÉS autre ‘otro’) que no tiene equivalente en español, por lo que ‘x’ queda ausente.
El siguiente EFTP 7 subsume relaciones de este tipo, como por ejemplo: exorcismo, exorcista; panteísmo, panteísta; fascismo, fascista; ciclismo, ciclista; etc.
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EFTP 8: estoico, estoicismo
En nuestro análisis morfológico, un adjetivo calificativo como estoico se relaciona puntualmente con un sustantivo estoicismo que denota el dominio relativo con dicho adjetivo. Cabe destacar que, la posibilidad de formar la palabra *estoicista queda bloqueada porque, de manera general, el adjetivo que sirve como la palabra base también puede denotar al agente de dicho dominio.
El siguiente EFTP 8 subsume relaciones de este tipo: autoritario, autoritarismo; estoico, estoicismo; feudal, feudalismo; favorito, favoritismo, etc.
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A continuación, se presenta un concentrado de estos ocho esquemas de bajo nivel (Tabla III):
Y a partir de este concentrado, es posible diseñar la siguiente ruta de preselección:
Esta ruta de preselección (Figura III) puede emplearse para clasificar tanto las formaciones tripartitas estudiadas en la muestra, como formaciones semejantes e incluso nuevas de la lengua. El primer paso para comenzar la clasificación es saber si la palabra simple de la formación tripartita es un sustantivo o un adjetivo. He aquí listado cada paso subsecuente (Tabla IV). Nótese que el número de paso corresponde exactamente con el número de EFTP del concentrado de esquemas anterior en el cual quedaría subsumido:
A continuación, se pondrá a prueba esta ruta de preselección al emplearla para clasificar una muestra actual de neologismos.
5.2 Esquemas de formaciones tripartitas de neologismos
Para probar la ruta de preselección de EFTP del tipo Marx, marxismo, marxista, apenas descrita al final del apartado anterior, recurrimos a la base de datos Morfolex que actualmente cuenta con cerca de 12.000 neologismos analizados morfológicamente4. Esta base nos permite seleccionar directamente aquellos neologismos que corresponden al esquema general analizado en esta investigación:
[/X/N/Adj ‘x’] [/Xismo/N ‘dominio y de x’] [/Xismo/Adj ‘relativo a y’]
En la siguiente Tabla se presenta una clasificación de 353 neologismos. Por causas de espacio, en cada caso se presenta una selección de los neologismos que juzgamos más comunes mientras que en paréntesis se coloca el número total de la muestra:
Como puede apreciarse, con nuestro modelo de análisis fue posible clasificar todos los neologismos en los ocho esquemas arriba descritos, mediante la ruta de preselección, sin la necesidad de postular algún otro esquema. Cabe destacar que cada uno de estos ocho esquemas tiene al menos un representante subsumido en él de entre la muestra de neologismos de Morfolex. Esto sugiere que nuestra clasificación propuesta tiene una realidad cognitiva para los hablantes. Según Langacker (1990: 2), la conceptualización es la construcción resultante de un proceso cognitivo de categorización con base en pensamientos y conceptos que implica, de manera general, tanto los conceptos fijos como los nuevos, además de que parte de experiencias individuales y colectivas, así como de la interacción con los contextos. En este sentido, consideramos que la conceptualización representada en la Sección 5.1 como el esquema general tripartito, describe adecuadamente los hechos aquí estudiados.
He aquí de nuevo el esquema general que se presenta para su discusión (Figura IV):
Como puede apreciarse, tras una detallada comparación, los EFTP 1, 2, 3, 6 y 7 se amoldan completamente a este esquema general. Estos cinco esquemas abarcan casi un 80% de palabras de la muestra de neologismos. Es evidente entonces que este esquema general es una representación cognitivamente adecuada respecto a la función principal solidaria de este tipo de correspondencia morfológica tripartita.
Que esto es así, a nuestro parecer lo demuestran los siguientes hechos que dan soporte a la coherencia de toda la clasificación. Si observamos los neologismos del EFTP 3, se tiene registrado ahí la palabra marcha, que implicaría, tras un cribado semántico fino, ser clasificada como un ‘nombre de acción efectuada’. Cabría preguntarse entonces por qué razón no está subsumida en el EFTP 4. Y la razón es porque marcha ha cobrado un significado ideológico (conjunto grande de personas que “marchan” juntas por las calles para denunciar alguna injusticia),a través del cual se da la relación con marchismo, de tal manera que su significado cribado fino como ‘nombre de acción’ no es el que permite la clasificación, sino el de ‘nombre ideológico’.
Esto quiere decir que, en casos como este al menos, el EFTP 4 tiene una presencia de cierto modo dependiente respecto a la del EFTP 3, de tal manera que por esta vía se amolda así también al esquema general. Compárese ante esto la palabra plantón que sí está subsumida en el EFTP 4, dado que está relacionada con plantonista, según su significado primario de ‘nombre de acción efectuada’. La razón es que en esta última formación tripartita aún no se ha atestiguado un dominio (*plantonismo), el cual queda claro que virtualmente es posible crearse, de manera similar al neologismo apenas discutido de marchismo.
Otro caso similar de traslape en la clasificación esquemática es el de veleta, subsumida en el EFTP 3, y velero, en el EFTP 5. Ambos se corresponden tras un cribado semántico fino en la ruta de preselección como: ‘sustantivos’ > ‘nombres comunes’ > ‘nombres de objeto’. Sin embargo, la diferencia está en que solo para velero se ajusta esta última especificación fina, dado que esta palabra se relaciona con velerista tal como el objeto respecto al agente actuador; en tanto que para veleta es la especificación de ‘nombre ideológico’ (lealtades débiles y cambiantes en el argot político) la que permite establecer la relación de esta con veletismo como su dominio. Esto quiere decir que un sustantivo que denota un ‘nombre de objeto’ es susceptible -como cualquier otra palabra- de ser empleada de manera ideológica, a través de una conceptualización usualmente metonímica y metafórica a la vez. Y esto significa que, en casos como este al menos, el EFTP 5 tiene una presencia de cierto modo también dependiente respecto a la del EFTP 3, de tal manera que se amolda así al esquema general.
Por lo demás, el modelo permite predecir estas dos cosas al respecto: a) que de existir en algún momento el neologismo *velerismo este significaría un dominio relacionado con la palabra velero en tanto que ‘nombre común’ (EFTP 2), o bien, en una acepción secundaria como ‘nombre ideológico’ (EFTP 3), sea del argot político, o de alguna doctrina o creencia, y b) que de existir *veletista en algún momento, esta palabra podría pertenecer a dos contextos distintos: al relacionado con veleta como ‘nombre de objeto’ (EFTP 5) en una acepción primaria, o como ‘nombre ideológico’ (EFTP 3) en una acepción secundaria.
Por otra parte, está el hecho, ya comentado, de que el esquema general aplica por igual para los adjetivos relacionales. Nótese que el EFTP 6 cubre una séptima parte de la muestra. Por su parte, el EFTP 7 es casi nulo, al corresponder a palabras que se remiten a préstamos léxicos. Respecto a las dos formaciones tripartitas registradas ahí, la formación del neologismo paroxista relacionada con paroxismo hace implícito en nuestro análisis la existencia virtual de la palabra *parox; en tanto que la formación de hacktivista relacionada con hacktivismo da cuenta de una formación en la que el término ‘x’, si bien no es completamente un préstamo -dado que se mezclan ahí implícitamente las palabras hacker y activista-, no existe como una palabra del español5.
Finalmente, en cuanto al EFTP 8, pueden observarse cuatro cosas al respecto. Primero, como ya se explicó arriba, en este tipo de esquema
([/X/Adj‘x’]
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[/Xismo/N ‘dominio de x’](estóico
alt text
estoicismo)
no se forma una palabra que corresponda a un adjetivo agentivo ‘relativo al dominio y’ (*estoicista), debido a que sería redundante, dado que en este tipo de esquema el término ‘x’, que corresponde a un adjetivo calificativo, se emplea de manera secundaria como sustantivo para referirse al agente. Consideramos que esto queda corroborado, por ejemplo, mediante la formación del neologismo veganismo, relacionada con vegano. Para esta relación en particular no se ha formado *veganista dado que usualmente vegano se emplea para denotar al agente mismo del veganismo. Segundo, un adjetivo que en sentido primario es calificativo, tal como pobre, al ser empleado de manera secundaria como sustantivo, y al estar relacionado con pobrista, queda mejor clasificado en el EFTP 3 como ‘nombre ideológico’. Tercero, un adjetivo que en sentido primario es calificativo, tal como fácil, al ser empleado de manera relacional, formando facilista, queda mejor clasificado en el EFTP 6 como ‘adjetivo relacional’6. Cuarto, incluimos en este grupo palabras terminadas en /Xista/ porque al volverse relevantes crean su propio dominio en /Xismo/, tales como carterismo y pianismo. Por ejemplo, en el EFTP 5, esquema que no considera el dominio ‘y de x’ en /Xismo/ porque cartera no es prominente, esta última se relaciona únicamente con la palabra carterista. Ahora bien, si la palabra carterista se vuelve tan prominente como para crear su propio dominio, entonces podemos relacionarla con el neologismo carterismo que definimos como dominio de ‘y de x’. Es decir, en esta situación es la palabra en /Xista/, la que ahora es muy prominente y crea su propio dominio. Es decir, en este caso, carterismo no se refiere a cartera sino a carterista. Casos similares son la relación piano-pianista y el neologismo pianismo, este último referido, no a piano, sino a pianista.
Todo esto corrobora en conjunto que: a) el esquema general de la correspondencia morfológica tripartita da cuenta de manera integral de todos los subesquemas propuestos, los cuales se presentan así válidamente como sus especificaciones, y b) los subesquemas son interdependientes entre sí, siendo el EFTP 3 el esquema que presenta más traslapes mediante la glosa de ‘nombre ideológico ‘x’.
6. Conclusiones
En este artículo analizamos la formación tripartita de palabras del tipo Marx, marxismo, marxista desde una perspectiva morfológica relacional esquemática basada en palabras. A partir de una muestra cualitativa de 100 palabras se obtuvo un esquema general y ocho subesquemas de bajo nivel. Luego, teniendo en cuenta estos últimos esquemas, se diseñó una ruta de preselección que se puso a prueba mediante una muestra actual de 353 neologismos tomados de la base Morfolex. Nuestra conclusión es que mediante el esquema general y sus subesquemas se explicó de manera intuitiva este tipo de formación de palabras y se organizó de manera satisfactoria la polisemia.
De acuerdo con nuestra perspectiva, se había estudiado de manera equívoca, desde la perspectiva basada en morfemas, la relación solidaria que se da en este tipo de formación de palabras, dado que se privilegió el análisis estructural de la forma y no del conjunto inseparable de la forma-significado. Al postular los morfemas -ismo e -ista como los segmentos responsables de otorgar un significado en particular, se dispararon las glosas y las clasificaciones de manera desordenada y acumulativa, tal como por ejemplo en el caso de Beniers (1992, 1996). En cambio, tras nuestro análisis relacional de carácter cognoscitivo, pudimos reconocer que la carga semántica no está en realidad en algún segmento de la palabra, sino en las características de la palabra simple que actúa como el término ‘x’ en las interrelaciones arriba esquematizadas.
En este sentido, nuestro modelo de análisis proporciona una base más segura para comprender el fenómeno de la solidaridad tripartita y también para llevar a cabo una práctica lexicográfica regular, apegada a un tratamiento homogéneo de las palabras interrelacionadas en una formación que, en palabras de Fernández (2011: 43): “no contravenga la sistematicidad de sus definiciones”. Al respecto, nuestro análisis esquemático de las funciones semánticas que cubren las palabras cuyo residuo fonológico es /Xista/ fue más preciso y abarcador que, por ejemplo, el de Maldonado(2011), si bien este autor se encarga más bien de hacer una comparación entre los sufijos -dor, -ista, y -ero. En su artículo, Maldonado describe las zonas de traslape semántico que hay entre estos últimos tres sufijos que, desde la perspectiva canónica basada en morfemas, significan de manera genérica ‘nombre de agente’. En particular, el sufijo -ista tendría según él (2011: 159), el significado prototípico de ‘profesión’ (lingüista) u ‘oficio’ (taxista), a partir del cual se desarrolla la red semántica: a) ‘profesión no asociada a un objeto’ (conferencista); b) ‘tendencia’ (socialista) o ‘relación’ (impresionista); y finalmente c) ‘cualidad’ (arribista) o ‘actitud’ (optimista).
Para nosotros, la glosa general de las palabras cuyo residuo es /Xista/Adj es de manera genérica ‘relativo al dominio y de x’. Y como hemos demostrado, mediante los EFTP 4 y 5 se capturan interrelaciones en donde, al faltar el ‘dominio y de x’, /Xista/Adj se glosa entonces de manera genérica como ‘relativo a x’, significando respectivamente en cada esquema apenas señalado ‘agente de x’ y ‘actuador sobre x’. Como puede juzgarse, estas glosas organizan mejor la polisemia.
Finalmente, nuestro análisis esquemático respecto a la función semántica general de /Xismo/ como ‘dominio y de x’ es tan general como para abarcar todas las posibles significaciones, entre las cuales, ‘ideología y de x’ es la significación prototípica.
Por estas razones consideramos que el análisis presentado en este artículo, según el modelo morfológico basado en palabras, es cognitivamente relevante, eficaz y satisfactorio. El modelo se ha ampliado de tal manera que es capaz de analizar correspondencias morfológicas en las que intervienen tres palabras, lo cual representa un avance en su campo de operación.
Resumen:
1. Introducción
2. Planteamiento del problema
3. Objetivo
4. El modelo morfológico basado en palabras
4.1 Los procedimientos del modelo basado en esquemas de palabras
5. Análisis de correspondencias morfológicas tripartitas del tipo Marx, marxismo, marxista
5.1 Esquemas de Formación Tripartita de Palabras [EFTP]
EFTP 1: Marx, marxismo, marxista
EFTP 2: humor, humorismo, humorista
EFTP 3: capital, capitalismo, capitalista
EFTP 4: parodia, parodista
EFTP 5: piano, pianista
EFTP 6: existencial, existencialismo, existencialista
EFTP 7: altruismo, altruista
5.2 Esquemas de formaciones tripartitas de neologismos
6. Conclusiones