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in Boletín de Filología
La realización de <ll> y <y> en el corpus Fonología del Español Contemporáneo (FEC): categorización acústica del continuum entre oclusión y elisión
Resumen:
Este artículo presenta la diversidad de realizaciones de <ll> y <y> en el territorio hispanohablante basándose en el amplio corpus del programa de investigación FEC (Fonología del Español Contemporáneo). Establece una serie de criterios acústicos para compartimentar el continuum entre oclusivas y vocales no silábicas en variantes fonéticas, con el fin de allanar el camino para el correspondiente estudio cuantitativo del corpus. Los resultados, además de corroborar las distintas fases descritas por la literatura anterior en que se encuentra el fenómeno en el territorio hispanohablante, revelan por un lado que (a) las realizaciones puramente fricativas palatales [ʝ] –el símbolo AFI común para el fonema– son muy raras en el corpus; y, por otro, que (b) en territorios distinguidores /ʎ/ y /j/ no son extrañas las variantes híbridas lateral + central (esta última con refuerzo), que reflejan una inicial deslateralización.
1. INTRODUCCIÓN
Nota de autor 1
Nota de autor 1
Nota de autor 1
Las realizaciones de <ll> y <y> 4 en español forman un continuum sonoro que integra desde vocales no silábicas ([i̯ ]) hasta consonantes oclusivas ([Ɉ]), pasando por las fricativas (p. ej. [ʃ], [ʒ]) y las africadas (p. ej. [d ͡ ʒ], [Ɉ͡ ʝ]), sin olvidar la lateral [ʎ] y diversas articulaciones dobles y triples (p. ej. [ʎj], [ʎj], [ʎd͡ʒ]). Tradicionalmente, domina la cuestión de si los hablantes distinguen o no entre dos fonemas /ʎ/ y /j/ 5 (p. ej. pollo vs. poyo) y de la distribución geográfica de sus variantes (p. ej. [ʃ], [ʒ] en la región rioplatense, Hualde 2005: 169). Desde la perspectiva de la fonología de corpus (Durand et al. 2014) y, concretamente, desde el corpus fonológico del español en el mundo Fonología del Español Contemporáneo (FEC) (Pustka et al. 2016, Pustka et al. 2018), se plantea la siguiente cuestión metodológica: ¿Cómo categorizar la diversidad de realizaciones de <ll> y <y> en español para cuantificar sus distribuciones con respecto a factores internos y externos? El desafío consiste en aunar las perspectivas fonética, fonológica, dialectológica y sociolingüística para permitir el análisis de una cantidad importante de datos procedentes de numerosas variedades. Para desarrollar un sistema de codificación (Weiland et al., en preparación), son necesarias dos etapas preliminares: (a) una descripción exhaustiva y categorización de los espectrogramas correspondientes, que es el tema del presente artículo, y (b) un test de percepción con jueces de diferentes regiones (Weiland et al. 2022). Se pretende que este análisis acústico que aquí se presenta ayude también a futuros codificadores en su trabajo.
No cabe duda de que la literatura especializada sobre este tema es muy extensa, sin embargo, el abordaje de las realizaciones de <ll> y <y> presenta una serie de limitaciones. En primer lugar, la mayoría de los trabajos existentes se limita a una región particular (Gómez y Molina Martos 2013, García Mouton y Molina Martos 2012, Fernández Trinidad 2010, Granda 1992, Hidalgo Caballero 1977, Lope Blanch 1966). Son menos los que tratan de dar una visión panorámica sobre el mundo hispanohablante 6 . En segundo lugar, hasta ahora en la mayoría de los casos se ha estudiado el fenómeno con pocos participantes (p. ej. 5 informantes en Fernández Trinidad 2010, 12 en Torres et al. 2013 y 28 en Scarpace et al. 2015, aunque estos últimos no ofrecen información sociolingüística sobre ellos). Y, en tercer lugar, diversos autores analizan el fenómeno en circunstancias de laboratorio (Rost Bagudanch 2013), que, aunque posibilita un análisis acústico muy minucioso, no incluye el estilo espontáneo ni tiene en cuenta a hablantes de diferentes grupos educativos, de zonas rurales o a personas de mayor edad con movilidad reducida.
A este respecto, los datos recogidos en el programa de investigación FEC permiten considerar un amplio espectro de la variación en el mundo hispanohablante. Ofrecen, primero, la posibilidad de comparar los rasgos acústicos descritos por la literatura con los datos empíricos, y, segundo, la oportunidad de identificar problemas de delimitación entre diferentes categorías a lo largo del continuum entre realizaciones oclusivas y vocálicas. Estos dos puntos constituyen los ejes del presente trabajo. El texto que sigue se estructura de la siguiente manera. En el apartado 2 presentamos el marco metodológico de la fonología de corpus y el programa de investigación Fonología del Español Contemporáneo (FEC). El siguiente apartado (3) desarrolla el sustento teórico de la categorización: nos guiaremos por el continuum de esfuerzo articulatorio y, en una perspectiva dinámica, por los procesos de refuerzo o de debilitamiento. Antes de describir las categorías acústicas, reuniremos en una tabla los principales símbolos de transcripción y diacríticos del Alfabeto Fonético Internacional y las circunlocuciones de diferentes especialistas, con el fin de clarificar y homogeneizar la simbología y la terminología empleada. En el apartado 4 se analiza cada categoría simple, de las que se proporciona la siguiente información: (a) caracterización acústica, (b) ilustración con muestras del corpus FEC y (c) particularidades, problemas y soluciones. En el 5 se atiende a las distintas variantes combinadas que incluyen varias fases con grados distintos de constricción. A continuación, en 6 se resumen las distintas variantes acústicas establecidas a lo largo del trabajo y se propone un sistema de clasificación acústica basado en el esfuerzo articulatorio. Por último, en el apartado 7 se discuten los aportes de FEC con respecto a los estudios precedentes.
2. MARCO METODOLÓGICO: LA BASE EMPÍRICA
2.1. Fonología de corpus
La noción de fonología de corpus aparece en los inicios del siglo XXI y se ha ido afianzando especialmente en los últimos años (Durand et al. 2014, Durand 2017, Pustka 2021, Eychenne 2022). Como se desprende de su nombre, representa un paradigma interdisciplinar que combina la lingüística de corpus con la fonología. A pesar de que la exploración de gran cantidad de información empírica cuenta con una larga tradición en los atlas lingüísticos y en las encuestas sociolingüísticas, durante mucho tiempo la fonología se ha centrado sobre todo en discusiones teóricas. Hoy en día, la fonología de corpus capitaliza las nuevas posibilidades de las humanidades digitales.
¿En qué consiste un corpus fonológico? El término se refiere a una estructurada recolección digital de muestras de habla construida a partir de métodos transparentes. El corpus se estructura en (a) las grabaciones, (b) las transcripciones alineadas ortográficas y/o fonéticas (p. ej. con PRAAT; Boersma y Weenink 2021) y (c) las anotaciones fonológicas. Un componente fundamental son los metadatos, bien con respecto al corpus en su conjunto (protocolo de recogida, conservación y análisis de los datos), bien con respecto a cada punto de investigación: información sociodemográfica del locutor (edad, sexo, procedencia regional, etc.) e información del archivo (fecha, equipo de grabación, duración, calidad acústica, etc.). Acerca de la protección de datos, el anonimato es esencial. Los corpus fonológicos se pueden explotar y, en caso necesario, revisar en cualquier momento a través de bases de datos. Además, en el mejor de los casos, los datos son archivados y publicados en repositorios de acceso abierto con el objetivo de disponerlos a la comunidad investigadora. Las ventajas de este procedimiento son evidentes: en términos de transparencia, los resultados pueden ser corroborados por otros investigadores; y en términos de economía investigadora, el corpus puede ser reutilizado para otros propósitos (Gut y Voormann 2014, Eychenne 2022).
2.2. El programa de investigación Fonología del Español Contemporáneo (FEC)
El análisis presentado en este trabajo se basa en una selección de datos recogidos entre 2016 y 2022 en el marco del programa de investigación Fonología del Español Contemporáneo (FEC) (Pustka et al. 2016, Pustka et al. 2018), que sigue el modelo del corpus francés PFC (Phonologie du Français Contemporain, Durand et al. 2002 y 2009) y del corpus inglés PAC (Phonologie de l’Anglais Contemporain) (Durand y Przewozny 2012). Por el momento, el corpus contiene 20 puntos de investigación en 8 países: en España se incluyen Barcelona, Bilbao, Santiago de Compostela, Madrid, Salamanca, La Fuente de San Esteban, San Fernando, Prado del Rey, Sevilla, Zaragoza y Menorca; en América se dispone de grabaciones de Cuba (La Habana), México (Ciudad de México), Colombia (Bogotá), Ecuador (Quito y Guayaquil), Argentina (La Plata), Uruguay (Montevideo) y Chile (Santiago de Chile y Punta Arenas). En cada punto de investigación se ha grabado al menos a 12 informantes de tres generaciones y de sexos diferentes y, en la medida de lo posible, procedentes de entornos sociales y niveles educativos distintos. De este modo, el corpus pretende seguir el enfoque pluridimensional dominante en la geografía lingüística actual (véanse, por ejemplo, el Atlas lingüístico Diatópico y Diastrático del Uruguay ADDU, Thun y Elizaicín 2000; el Atlas Lingüístico de América Central ALAC, Giraldo et al. 2012; o el Corpus Oral Sociolingüístico del Castellano de Chile, Sadowsky 2022).
Siguiendo los principios metodológicos elaborados por Labov (1972: 208), el corpus contiene datos naturales y al mismo tiempo comparables, una posibilidad que no se suele dar en otros corpus orales del español 7 , ya que contienen únicamente habla espontánea (Val.Es.Co <http://www.valesco.es/>) o bien se centran en habla semidirigida (PRESEEA <https://preseea.linguas.net/>). Así, el protocolo de FEC incluye tres tareas, además de un cuestionario sociodemográfico: (a) lectura de una lista de palabras, (b) lectura de un texto y (c) entrevista guiada. Los datos de la lista y del texto permiten comparar de manera sistemática las realizaciones de <ll> y <y>. La lista de palabras incluye siete ítems con los grafemas ll y y: vainilla, un yunque, yo lo sé, llave, oye, lleno y allí. El texto, a su vez, contiene ocho palabras: pollos, ya, llama, llega, calla, amarillos, allí y yo. Las grabaciones son transcritas ortográficamente – la lista de palabras también fonéticamente–; las grabaciones y las transcripciones se alinean en PRAAT.
3. LAS REALIZACIONES DE <LL> Y <Y> EN EL CONTINUUM DE TENSIÓN. LA DOBLE VÍA: REFUERZO Y DEBILITAMIENTO ARTICULATORIOS
Las publicaciones precedentes han destacado un enorme repertorio de realizaciones de <ll> y de <y>, hasta el punto –en el caso de la información procedente de los atlas lingüísticos– de contabilizar más de 60 variantes 8 , lo que supone un elevadísimo grado de detalle en perspectiva dialectológica. Algunos estudios recientes han tratado de simplificar tales datos (y, consecuentemente, las transcripciones asociadas a ellos), preparando experimentos ad hoc para el estudio del fenómeno y proponiendo una categorización más general y esquemática basada en rasgos acústicos. Es la propuesta de Rost Bagudanch (2013 ), quien destaca los siguientes parámetros acústico-articulatorios:
[…] algunas de las características que más se han puesto de relieve [sobre las realizaciones de <ll>]: el grado de abertura del sonido en los que presentan estructura formántica, la sonoridad, la presencia o ausencia de rehilamiento y la existencia de una fase de cierre de los articuladores (oclusión) (Rost Bagudanch 2013: 174).
A pesar de la heterogeneidad de soluciones, se ha subrayado un aspecto que las ordena: la existencia de un continuum en el grado de constricción y de tensión (Rost Bagudanch 2011, 2014a y 2017; Zampaulo 2013 y 2020; Figueroa et al. 2013 muestran la percepción sociofonética de dicho continuo en el castellano chileno). El concepto de tensión (tense vs. lax) ha sido ampliamente debatido desde su inclusión por Jakobson y Halle (1956: 30) en la fonología a mediados del siglo pasado. En este trabajo lo utilizaremos como rasgo fonético eminentemente articulatorio/acústico y perceptivo. Ciertos autores han destacado su vinculación con la fisiología de la fonación, es decir, con los movimientos de los órganos producidos en cuatro puntos esenciales: laringe, úvula, lengua y labios. Se asocian tales movimientos con el gasto de energía neuro-muscular para la realización de un sonido (Renard 1971 [1979]: 127). Catford (1977: 200) señala que “consonantal tenseness has seemed to many to consist chiefly in longer duration, more energetic articulation, and heightened air pressure behind the articulation”.
[…] el concepto de ‘tensión’, y el propio término […] no ha de entenderse necesariamente ni como dependiente de factores estáticos ni como determinado por factores dinámicos, sino como una etiqueta de tipo perceptivo, conveniente en la medida en que recubre ambos aspectos y sirve para dar cuenta del efecto auditivo y propioceptivo diferente que producen unos sonidos –tensos– en oposición a otros –relajados– (Gil Fernández 2007: 150). Otros autores, como Gil Fernández (2007), destacan el aspecto perceptivo:
Por eso distingue (para continuar con Gil Fernández 2007), dos tipos de tensión: (a) intrínseca (inherente a las características de un sonido) y (b) contextual (debida al contexto fonético en que se realiza un sonido). Desde el punto de vista de la producción, la tensión puede cuantificarse mediante tres parámetros: i) duración, ii) grado de obstrucción y presión aérea, y iii) actividad glotal.
La deslateralización inicial del cambio fonético [ʎ]>[j] 9 comporta un menor esfuerzo articulatorio. Se trata, así, de un proceso de debilitamiento (Donegan y Stampe 1979, Kirchner 1998, Nathan 2008, Bros 2015).
Recordemos que en la [ʎ] española la mandíbula baja y el dorso de la lengua está elevado y mantiene un gran contacto con la región alveolopalatal. Esta articulación requiere una gran tensión, que se traduce en duración y en resistencia a la coarticulación (Navarro Tomás 1918 [1999], Ladefoged y Maddieson 1996, Martínez Celdrán y Fernández Planas 2007 [2013]). Fonéticamente, el cambio “se debe a un relativo aflojamiento articulatorio y a la confluencia de la lateral con otras articulaciones en la región central del paladar” (Moreno Fernández 2004: 984).
Tras esta centralización y convergencia con las realizaciones del fonema /j/ –mayoritariamente de tipo aproximante–, los procesos se bifurcan en direcciones opuestas según sean hipo o hiperarticuladas (debilitadas o reforzadas), esto es, según se produzca un proceso de lenición (lenition) o de refuerzo (fortition) (Lindblom 1990, Brandão de Carvalho et al. 2018, Bybee y Easterday 2019). Esta gran variación alofónica equivaldría a la fase 3 del yeísmo descrita por Moreno Fernández 2004, en la que:
[…] el yeísmo, sin restos ya de la lateral, lleva las realizaciones fonéticas de la palatal, por un lado, a distintos grados de tensión y adelantamiento, que pueden variar por la acción de diferentes factores internos y externos, y, por otro, a un aflojamiento que da lugar a un sonido semiconsonántico (Moreno Fernández 2004: 985).
Esta doble vía normalmente se asocia al contexto en distribución complementaria (véanse las posiciones silábicas débil-fuerte de las consonantes, tabla 1): se ha destacado que las posiciones inicial absoluta (tras pausa) y tras nasal o lateral favorecen especialmente mayor tensión y la aparición de variantes más cerradas (africadas y oclusivas).
Pero también, y en no pocas ocasiones, la selección de variantes más o menos reforzadas se puede vincular al estilo de habla (formal/coloquial, leído o no) –relacionado estrechamente con el nivel de instrucción de los hablantes y con el entorno rural o urbano en que se sitúen. A partir de ahí surge la variación histórica en las distintas regiones.
Los datos proporcionados por los atlas lingüísticos (Rost Bagudanch 2011, 2014a, 2017) y los recientes trabajos en geografía lingüística (Gómez y Molina 2013) ofrecen un retrato complejo y polimórfico de la distribución dialectal de las realizaciones. A grandes rasgos, puede afirmarse con respecto a /ʎ/ y /j/ que: (a) la tendencia al refuerzo se da en la zona rioplatense y ciertas zonas de Andalucía, (b) las soluciones más relajadas predominan en Centroamérica y en el Caribe 10 y, como quiera que sea, (c) las zonas urbanas actúan como centros irradiadores y unificadores de las solucionesyeístas. En el caso de la península ibérica, la realización mayoritaria de Madrid (capital y otros núcleos urbanos de la provincia) es la aproximante fricativizada [jʝ], sistemática por parte de los informantes jóvenes en todos los contextos de la palabra (cf. Molina Martos 2013). Molina Martos 2013 sintetiza los estadios sucesivos asociados al yeísmo y propuestos por Moreno Fernández (2004 : 987):
1) distinción fonológica de las palatales /ʎ/ y /ʝ/ [Castilla la Vieja, Paraguay, Bolivia] 11 ; 2) yeísmo con restos de la antigua oposición fonológica [Castilla la Nueva, área andina]; 3) yeísmo con distintos grados de tensión y adelantamiento o con un aflojamiento que da lugar a un sonido semiconsonántico [j]; y 4) yeísmo con variantes adelantadas y con rehilamiento [ʒ, ʃ] [Río de la Plata, zonas de Andalucía] (Molina Martos 2013: 94).
Distribución geográfica aparte, lo que interesa destacar de las distintas fases del proceso es que, junto con la sistematicidad de la disolución fonológica y las más o menos numerosas soluciones alofónicas, entran en juego otros factores fonéticos como la tensión y el adelantamiento articulatorios:
El paso de una medio-palatal […] a una palato-alveolar […] de articulación más avanzada puede interpretarse […] como una expresión de una tendencia a la fricatización [nota 20: esta realización fricativa no implica falta de tensión, porque el rehilamiento produce un sonido tenso, aunque no llega a impedirse la salida del aire] (Moreno Fernández 2004: 985).
De este modo, en este trabajo la caracterización de cada variante simple se realizará siguiendo el criterio del grado de constricción/tensión de la salida del aire. Tras la variante lateral (4.1.) y las aproximantes (4.2.), se describirán las variantes reforzadas o hiperarticuladas (fricativas 4.3. y oclusivas 4.4.), y las debilitadas o hipoarticuladas (vocalizaciones 4.5.).
Antes de mostrar dicha categorización, queremos ofrecer algo de luz sobre ciertas adaptaciones y reajustes realizados a partir del Alfabeto Fonético Internacional o ideados ad hoc por especialistas en fonética y fonología españolas (algunos de los cuales, a su vez, han ido modificando sus propuestas):
Presentamos, a continuación, la tabla 3 de realizaciones fonéticas fruto del proceso de fusión de /ʎ/ y /j/ que propone NGLE (2011: 221), sobre la que se realizará una serie de precisiones posteriormente en los apartados 6 y 7:
4. CATEGORIZACIÓN ACÚSTICA DE LAS REALIZACIONES SIMPLES DE <LL> Y <Y>
La literatura existente sobre las características acústicas de las realizaciones de <ll> y <y> contiene información útil como punto de partida para describir las variantes de FEC, aunque su comparación no está exenta de problemas. Concretamente, los valores medios de las frecuencias formánticas se encuentran solo en estudios particulares de pocos informantes de regiones específicas (p. ej. 3 varones castellanoparlantes de Cataluña en Rost Bagudanch 2011) o en manuales generales que no suelen especificar información sobre los locutores. A pesar de que el corpus FEC contiene una gran cantidad de datos que permite renovar el estado de la cuestión, nos limitamos en una primera etapa a una ilustración de las principales variantes para preparar el desarrollo de un sistema de códigos y estudios acústicos y perceptivos.
4.1. Lateral
4.1.1. Caracterización acústica
Según Quilis et al. (1979), Quilis (1993 [1999]: 313) y Martínez Celdrán y Fernández Planas (2007 [2013]: 139), los índices acústicos de la lateral palatal [ʎ] son:
a) Formantes bien definidos y nítidos: F1 en torno a 290 Hz, F2 entre 2015 y 2250 Hz y F2 y F3 bastante próximos 16 .
b) Duración larga: mayor que [l] y que la aproximante [j].
c) Como lateral, presenta unas transiciones abruptas con los sonidos contiguos. Sin embargo, duran que doble que las de [l], especialmente en pronunciaciones lentas y esmeradas (Ladefoged y Maddieson, 1996: 193).
4.1.2. Ilustración con muestras del corpus FEC
En el corpus FEC se encuentra esta variante especialmente en hablantes de edad avanzada de Castilla y León (Salamanca) y en informantes bilingües catalán-español (Barcelona y Menorca), para los que existe oposición fonológica /ʎ/ : /j/ (figs. 2 y 3). Mucho más aisladamente se han detectado casos en otros puntos de investigación (como Bilbao, Sevilla o Argentina).
Nota figura 3 17
4.1.3. Particularidades, problemas y soluciones
Como se ha dicho en 4.1.1., en pronunciaciones más esmeradas y lentas, las transiciones de [ʎ] hacia la vocal que le sigue son algo más lentas que en [l]. Ello propicia que en ocasiones aparezca un elemento con estructura formántica nítida tras la lateral: [j]. El corpus FEC contiene ocurrencias de esta variante en informantes de, entre otros lugares, Sevilla y Menorca (Figuras 4 y 5):
Esta realización mixta –proyección del aire lateral en una primera fase y central después– aparece en el corpus especialmente en locutores peninsulares monolingües y mucho menos en los bilingües. No es este el lugar para reflexionar y discutir acerca de las convergencias y divergencias de la [ʎ] española y catalana, ya que, a efectos de esta categorización de las variantes, ambas constituyen laterales alveolo-palatales 18 . Sin embargo, sí nos parece importante señalar que esta solución combinada [ʎj] más propia de distinguidores monolingües podría explicar por qué en determinados experimentos de percepción (Rost 2015 y 2016) los jueces discriminan mejor el par de sonidos españoles [ʎ]/[j] producido por catalanoparlantes que los emitidos por castellano-leoneses.
4.2. APROXIMANTES
4.2.1. Caracterización acústica
Según los trabajos que conectan [ʎ] y [j] en torno al fenómeno del yeísmo (Quilis et al. 1979, Almeida y Dorta 1993 o Quilis 1993 [1999]), [j] posee:
a) Estructura formántica nítida, al tratarse de un sonido aproximante.
b) Frecuencia de F1 como principal rasgo distinguidor entre ambas: más baja en [j] que en [ʎ].
c) Frecuencias de F2 y F3 más elevadas en [j] que en [ʎ], que indican una articulación más atrasada: plenamente palatal (frente a la alveolopalatal de la lateral).
d) Por lo general, duración más breve que la lateral (articulación más laxa). Transiciones suaves y continuas con respecto a los sonidos contiguos.
4.2.2. Ilustración con muestras del corpus FEC
Obsérvese en la Figura. 6 una realización prototípica de [j] extraída de la lectura del texto (pollo): la frecuencia de F1 es más baja que las de las vocales contiguas (369Hz [j] vs. 530Hz [o]) y la frecuencia de F2 es muy alta (2750 Hz). Este valor de F2 revela una posición más atrasada que la lateral [ʎ], también deducida por las transiciones suaves y muy inclinadas por la posterioridad de las vocales que rodean a la consonante. El oscilograma refleja la continuidad de energía acústica con respecto a las vocales que la rodean y la menor intensidad de la consonante, rasgos típicos de una realización aproximante
4.2.3. Particularidades, problemas y soluciones
La fonética general ha caracterizado la categoría de aproximante como una articulación sin apenas contacto entre los articuladores, en cuya salida el aire no genera ningún tipo de turbulencia: es decir, con una nítida estructura formántica (Ladefoged 1975, 2001; Catford 1977). No hay todavía consenso entre los fonetistas sobre qué elementos conforman esta categoría (a pesar de la propuesta del Alfabeto Fonético Internacional): vocales cerradas, semivocales o líquidas entran y salen de esta etiqueta según el autor y el momento de publicación 19 . Sin embargo, Martínez Celdrán –quien en 1984 introdujo y adaptó el término aproximante al inventario fonético del español– emplea esta etiqueta únicamente para sonidos consonánticos, y abarca un amplio espectro de realizaciones: desde las más abiertas a otras muy cerradas con oclusión completa (pero sin explosión final, de ahí que no las considere oclusivas sino aproximantes). En su propuesta, distingue entre aproximantes abiertas y aproximantes cerradas (estas últimas sin formantes, Martínez Celdrán 1991 y 2004). El Alfabeto Fonético Internacional no diferencia entre estas dos subcategorías, pero sí proporciona símbolos diacríticos que pueden reflejar esta variación: para realizaciones más elevadas (o cerradas) y para realizaciones más bajas (o abiertas); sucede que no contempla la transcripción de un sonido cerrado sin explosión, que equivale a la aproximada cerrada de este autor (denominada oclusiva débil para Veiga 2005) 20 . En nuestro trabajo, puesto que se guía por el continuum de esfuerzo articulatorio, consideraremos sonidos con cierre completo [ɟ] como oclusivos, independientemente de la aparición o no de una fase final de explosión (cf. 4.4.).
Por otro lado –y en contra de la opinión de Martínez Celdrán y Fernández Planas (expuesta en sus trabajos conjuntos de 2001 y 2007, y en Martínez Celdrán 2015) o de la de Aguilar 1997, quienes defienden que la realización mayoritaria de <ll> y <y> es de tipo aproximante 21 –, en la literatura es un lugar común señalar que la realización más habitual es turbulenta (Quilis 1993 [1999], NGLE 2011), y de ahí la costumbre de emplear el símbolo /ʝ/para su representación fonológica.
No obstante, hay algunos autores que apuntan hacia una realización híbrida de tipo aproximante-fricativo [j] como variante recurrente, y esto, a juzgar por el elevado número detectado en las muestras del corpus FEC, parece ajustarse mejor a la realidad de las realizaciones de <ll> y de <y>. Según Hualde (2013: 162), “la realización más común en la norma peninsular es fricativa palatal sonora débil o una consonante aproximante”, es decir, [ʝ̞ ] o [j]. Lo que Rost indica (2011, 2013, 2014a o 2017) es que buena parte de las soluciones presentan al mismo tiempo estructura formántica acompañada de un emborronamiento variable. Se trata de una categoría intermedia desde el punto de vista acústico, que esta autora desdobla en dos: aproximante fricativizada [j] o fricativa aproximantizada [ʝ], en función del predominio formántico o del ruido, respectivamente (Rost 2013) 22 .
En este trabajo hemos decidido incluir esta categoría intermedia dentro de las aproximantes (los motivos de esta decisión conceptual y metodológica serán expuestos con mayor detalle en el apartado 4.3.2.). A pesar de que el emborronamiento es variable, se ha preferido –en aras de una mayor claridad y simplificación– manejar solo dos subcategorías dentro de las realizaciones aproximantes: [j] y [j] (Figura 7). Más aún, en la muestra de la Figura 8 predomina la proporción de turbulencia y es una realización bastante cerrada a juzgar por la poca energía acústica que refleja el oscilograma y la práctica desaparición de los formantes:
8
4.3. La vía de la hiperarticulación: fricativas
Presentamos, a continuación, aquellas variantes con un grado de constricción y de tensión mayor, que generan un ruido más intenso y requieren mayor energía articulatoria. Por un lado, están las realizaciones sibilantes postalveolares y, por el otro, las no sibilantes palatales.
4.3.1. Postalveolares [ʃ] y [ʒ]
4.3.1.1. Caracterización acústica
a) Constricción más amplia y atrasada que en [s] (aunque más pequeña que en la palatal [ʝ]), acompañada de redondeamiento labial, de ahí que el emborronamiento comience en frecuencias más bajas que [s] (en torno a los
2000 Hz; Ladefoged y Maddieson 1996: 173-177).
b) Grado de sonoridad variable. Para facilitar el análisis cuantitativo, es habitual establecer tres tipos: sorda, con ensordecimiento parcial y sonora (Rost 2013) 23 .
c) Como toda sibilante, concentran su gran energía en frecuencias altas (estridente). Según Ladefoged y Maddieson (1996), el ruido no se genera por la propia constricción entre el articulador activo y el pasivo, sino que es originado por la alta velocidad del chorro de aire que golpea contra la zona postalveolar.
d) Duración mayor conforme se difumina y atenúa la barra de sonoridad (mayor tensión en la realización sorda).
4.3.1.2. Ilustración con muestras del corpus FEC
Las fricativas postalveolares, también denominadas rehiladas por algunos investigadores de la tradición hispánica (Quilis 1993 [1999] o Moreno Fernández 2004) 24 son variantes típicas de las hablas rioplatenses, aunque se extienden también a otros lugares de América del Sur 25 . Hoy día, la variante sorda [ʃ] es la preferida entre la población joven y de mediana edad, desplazando a la antes mayoritaria, la sonora [ʒ], que se detecta en informantes de mayor edad 26 .
En la Figura 9 se comprueban sus diferencias con respecto a [s]. La turbulencia en [ʃ] se refuerza hacia los 1500 Hz –es un valor menor a lo anteriormente mencionado ya que va rodeada de vocales velares –, mientras que en [s] predorsal hacia 2900 Hz:
En la Figura 10 la duración e intensidad son acusadas, ello con independencia de encontrarse en sílaba tónica o átona. En menor proporción aparece el fono fricativo prepalatal sonoro, por lo que a las grabaciones de La Plata se refiere. Es el caso de la Figura 11:
4.3.1.3. Particularidades, problemas y soluciones
Se ha comprobado que no es infrecuente que tras la fricativa postalveolar, en pronunciación lenta se intercale un elemento [j] hacia la siguiente vocal (especialmente ante la vocal abierta). Esto sucede tanto con sheísmo sordo
(Figura 12), como con ʒeísmo sonoro (Figura 13):
La bibliografía ha destacado en que las realizaciones fricativas postalveolares aparecen también en otras zonas hispanohablantes no ʒeístas: México (zona centro-este: Oaxaca, Puebla y Veracruz; Martín Butragueño 2013), Colombia (casos en el dialecto andino occidental, Rodríguez Cadena 2013) o zonas meridionales de la península ibérica (Extremadura y Andalucía; Zamora 1943, Llorente 1962). Los datos procedentes de los últimos estudios y atlas
lingüísticos hacen pensar que, en realidad, son compartidas por prácticamente todos los territorios (Rost 2011, NGLE 2011), aunque no en proporción tan elevada como en las hablas rioplatenses y a veces con una menor duración
de la fricación.
4.3.2. Palatal [ʝ]
4.3.2.1. Caracterización acústica
Según Hermida Rodríguez (2021 : 90-91), estos sonidos:
a) Condensan la energía en las frecuencias altas, de forma que el inicio de la fricción se sitúa en los 2715Hz.
b) Las frecuencias más intensas se encuentran a partir de los 4500Hz.
c) La transición de la vocal precedente es siempre positiva (incluso tras vocales palatales).
d) La intensidad del emborronamiento es claramente menor que en las fricativas sibilantes anteriormente descritas en 4.3.1. Esto es así porque el ruido se genera por la propia constricción entre el articulador activo y el pasivo, y no por la velocidad del chorro de aire.
Según Ladefoged y Maddieson (1996: 165), desde el punto de vista tipológico la fricativa palatal sonora [ʝ] es rara en las lenguas del mundo 27 . Posiblemente en parte se deba a su dificultad articulatoria, ya que comporta una ajustada constricción en una región amplia del paladar. En español, por lo general las realizaciones exclusivamente turbulentas tienden a adelantar su articulación y ser postalveolares: las sibilantes [ʃ] y [ʒ].
4.3.2.2. Ilustración con muestras del corpus FEC
Como se ha adelantado en el apartado 4.2.3., hemos considerado las variantes con turbulencias en la zona mediopalatal dentro de las aproximantes (subcategoría [j]) puesto que casi siempre son articulaciones bastante abiertas en las que todavía queda rastro de la estructura formántica y el emborronamiento se concentra en torno a tales formantes. Mucho más raras son las realizaciones exclusivamente fricativas palatales [ʝ]. En el corpus FEC encontramos una realización parcialmente ensordecida [ʝ̊ ] en una informante chilena, en cuya variedad se registran también realizaciones de
[ç] para /x/ (Figura 14).
4.4. La vía de la hiperarticulación: oclusiva
En el extremo de mayor esfuerzo articulatorio requerido están las realizaciones palatales con detención completa de la salida del aire.
4.4.1. Características acústicas
a) Poca energía en el oscilograma debido al cierre articulatorio.
b) Como otros sonidos oclusivos sonoros, la barra de explosión no suele marcarse.
c) Locus al que apuntan las transiciones de los sonidos contiguos en torno a 2500 Hz, típico del orden palatal.
4.4.2. Ilustración con muestras del corpus FEC
Aunque la posición intervocálica normalmente es un contexto típico de debilitamiento y no de refuerzo, algunos ejemplos de variantes oclusivas aparecen en esta posición, lo que da cuenta del polimorfismo del fenómeno (cf. Figura 15):
4.4.3. Particularidades, problemas y soluciones
Debido a la amplia superficie contactada y la consiguiente tensión, habitualmente esta oclusión al aflojarse suele acompañarse de un segundo elemento, sea fricación –son las denominadas tradicionalmente por la fonética africadas 28 –, sea aproximación. A los efectos de esta categorización y con independencia de su distinta consideración fonológica 29 , entendemos que tales realizaciones consisten en la consecución de distintas fases de estrechamiento, por lo que serán tratadas en el apartado 5 (realizaciones combinadas).
4.5. La vía de la hipoarticulación: vocalizaciones y elisiones
Paralelo a este proceso de hiperarticulación, la bibliografía coincide en reconocer por otro lado variantes muy abiertas, como la consonante aproximante palatal plena [j] que se ha explicado en 4.2., o debilitada [j], pero incluso también la vocal palatal alta no silábica [i̯ ] (Aguilar 1997, Hualde 2005, NGLE 2011, etc.). Se trata de un proceso en sentido inverso al refuerzo que muestran las distintas variantes en los subapartados 4.3. y 4.4., y consiste en una lenición progresiva de la constricción consonántica hacia una abertura vocálica.
Autores como Rost (2013) –y antes también Navarro Tomás (1918 [1999]) o Martínez Celdrán y Fernández Planas (2007 [2013])– subrayan que el fenómeno sobrepasa el ámbito consonántico en determinadas zonas dialectales:
El yeísmo presenta la dificultad añadida de poder realizarse con alófonos que se sitúan en la frontera entre lo que sería un segmento vocálico y uno consonántico: es decir, en numerosas áreas del dominio lingüístico del español se ha detectado una pronunciación que no coincide con un sonido aproximante (consonántico) sino que parece ser más abierto. Esta clase de fonos solo puede corresponder a elementos de tipo semiconsonántico o, en casos más extremos, a otros vocálicos (Rost 2013: 175).
4.5.1. Características acústicas
Con independencia de las consecuencias fonológicas que se deriven de esta transgresión categorial (bien considerar las realizaciones de <y> como alófonos más tensos de /i/, bien como alófonos más flojos de /ɟ/) 30 , desde el punto de vista acústico-articulatorio las diferencias fonéticas entre [j] e [i̯] pueden objetivarse por medio de los distintos parámetros acústicos:
(a) la frecuencia de F1 es más alta en [i̯], ya que es un sonido más abierto,
(b) la intensidad y nitidez formántica se acentúan conforme se vocaliza la articulación,
(c) el valor de F3 sube en [j] 31 .
A pesar de que perceptivamente, la discriminación entre [j], [i̯] y [i] resulta compleja por la cercanía entre estas realizaciones, los datos acústicos (y articulatorios) revelan una mayor diferencia entre [j] e [i̯] –a tenor de los
parámetros anteriores– que entre las dos articulaciones de tipo vocálico [i̯] e [i] (Martínez Celdrán y Fernández Planas 2013 [2007]: 169, Rost 2013: 176-177). Los electropalatogramas y medidas formánticas que proporcionan estos autores, en efecto, así lo corroboran. La diferencia radica en la mayor duración de [i] con respecto al elemento no silábico [i̯].
4.5.2. Ilustración con muestras del corpus FEC
En el corpus FEC, estas variantes se localizan especialmente en las grabaciones de Cuba, zona cuyo proceso de debilitamiento puede llegar hasta la elisión:
At the other phonetic extreme, in northern Mexico and the Spanish of the US Southwest, as well as parts of Central America, the corresponding segment is realized with very little constriction, as pure glide, which, furthermore, may be deleted in intervocalic position after a front vowel: northern Mex. pollo [pói̯ o] ‘chicken’, mayo [mai̯ o] ‘May’, silla [síi̯ a] ~ [sía] ‘chair’ (Hualde 2005: 166).
Comprobamos las diferencias acústicas entre [j] y [i̯] a través de tres realizaciones cada vez más abiertas (Figuras 16, 17 y 18), cuya energía acústica (en el oscilograma) y estabilidad y nitidez formánticas van en aumento.
4.5.3. Particularidades, problemas y soluciones
Se han detectado casos de elisión que merece la pena destacar, precisamente por no estar en la posición prototípica tras vocal palatal. En la palabra oye (Figura 19), tras la vocal tónica el informante realiza una vocal con un timbre anterior (F2 1770 Hz) y medio (F1 420 Hz): [e].
5. CATEGORIZACIÓN ACÚSTICA DE LAS REALIZACIONES COMBINADAS DE <LL> Y <Y>
5.1. Lateral + central(es): [ʎj ʝ ], [ʎd͡ʒ]
Además de la solución [ʎj], explicada en el apartado 4.1.3. –resultado de una pronunciación esmerada–, en las grabaciones de Salamanca encontramos otras realizaciones combinadas; es decir, con un primer momento lateral y otro después central. Una posibilidad es que esa segunda fase tenga una tensión moderada, esto es, que sea una aproximante fricativizada [ʎj] con poco emborronamiento (Figura 20). Aunque también se han detectado algunos casos en informantes mayores de 70 años en los que esta fricción puede conllevar mayor ruido (Figura 21). E, incluso, la tensión puede elevarse hasta constituir un segundo elemento africado: [ʎd͡ ʒ], con detención breve de la salida de aire y escape posterior, parcialmente ensordecido y, por lo tanto, con una considerable duración (22).
5.2. Aproximante fricativizada + fricativa postalveolar: [j ʒ] y [j ʃ]
En el corpus FEC encontramos bastantes muestras del rehilamiento postalveolar, especialmente combinado tras una aproximante fricativizada [jʒ] y [jʃ]. Ello con especial incidencia en Bogotá, México DF, Salamanca, Madrid y Santiago de Compostela (en esta última zona, posiblemente tras haberse producido una interferencia con el gallego, Dubert 2013). Véanse las figuras 23 y 24, en una posición intervocálica en principio no propensa al refuerzo:
5.3. Oclusiva + fricativa (africadas): [d ͡ ʒ], [d ͡ ʒ̥], [t ͡ ʃ]
Como se indicó en el apartado 4.3.3. sobre las variantes oclusivas, un contacto muy fuerte de la lengua en la zona alveolo-palatal suele ir seguido de un momento de fricción. Se trata de una articulación combinada denominada habitualmente por la fonética sonido africado (véase la definición de Ladefoged y Maddieson 1996 en la nota 27): en dicha realización, una vez despegada la oclusión, el aire sale por un pequeño espacio con mucha constricción. Como es de suponer, esta tensa articulación es, en español, mayoritaria en los contextos fonológicos de refuerzo consonántico. Véase la Figura 25, con un caso tras nasal:
En los trabajos sobre las realizaciones de <ll> y <y> se han empleado distintos símbolos para transcribir esta variante africada sonora, los más comunes [d͡ ʒ] y [Ɉ͡ ʝ]. Ello puede indicar que: (a) algunos investigadores reconocen efectivamente cierta variación en cuanto al grado de rehilamiento en la fricativa y al lugar más o menos adelantado de la articulación: según el Alfabeto Fonético Internacional, [d͡ ʒ] correspondería a una pronunciación postalveolar y [Ɉ͡ʝ] palatal; o que (b) otros autores simplemente podríanestar reflejando diferentes convenciones de transcripción y, en realidad, emplearían los símbolos de manera indistinta para referirse a una única realización a mitad de camino del lugar prepalatal y palatal. NGLE, por ejemplo, emplea [d͡ ʒ] para aludir a una pronunciación que puede articularse entre la zona prepalatal y la palatal, sin indicar mayor precisión (NGLE 2011: 221, cf. Tabla 3).
En las muestras de realizaciones africadas obtenidas en el corpus FEC, el locus al que apuntan las transiciones es igual para todas –en torno a 2000-2200 Hz, típico del orden (pre y medio) palatal–, por lo que estableceremos una única variante con el símbolo [d͡ ʒ], puesto que es el más empleado. Emplazamos al uso de instrumentación articulatoria precisa (electropalatografía) o a análisis acústicos más exhaustivos sobre la composición espectral de las fricativas, para establecer subcategorías distintas según su lugar de articulación 32 . Mostramos, a continuación, dos muestras ensordecidas parcialmente, en posiciones no típicamente reforzadas:
Se han encontrado muestras de africadas sordas totales [t͡ ʃ] en distintas variedades geográficas y, normalmente, en posición inicial absoluta. Compruébese que en esta realización completamente sorda la barra de explosión de la oclusiva aparece más nítidamente marcada en la Figura 28. Junto a todas estas realizaciones postalveolares, interesa mostrar otra solución doble africada de tipo palatal no sibilante, mucho más infrecuente (Figura 29). Está compuesta por un cierre inicial (oclusiva sonora [Ɉ]) seguida de fricción mediopalatal sorda [ç], cuyas turbulencias son mucho más suaves que las mostradas anteriormente:
5.4. Oclusiva + aproximante: [Ɉ ͡ j]
En su trabajo sobre el sonido africado palatal sonoro del español, Martínez Celdrán y Fernández Planas concluyeron que un 10% de los casos era [d͡ ʒ] (o [Ɉ͡ ʝ], dependiendo de la convención en la transcripción) frente al 76% de [Ɉ͡ j], “de lo cual se deduce es esta la articulación mayoritaria en español peninsular” (Martínez Celdrán y Fernández Planas 2001: 61). En 2007 insistían en la misma idea: “En español los únicos sonidos obstruyentes típicamente palatales son dos: uno cuyo modo es aproximante [ʝ̞] 33 , y otro cuyo modo consiste en una doble articulación, [Ɉ͡ ʝ̞ ]” (Martínez Celdrán y Fernández Planas 2007 [2013]: 58). No obstante, en FEC se han detectado casos de oclusiva + aproximante en posiciones de refuerzo en menor proporción que las africadas. Algunos autores, como Quilis (1993 [1999]) o Aguilar (1997) opinan que esta doble articulación es una oclusiva y que el segundo tramo es en realidad una mera transición, pero coincidimos con Martínez Celdrán y Fernández Planas (2007 [2013]) en que esta parece tener suficiente duración como para constituir una aproximante. Véanse al respecto las Figuras 30 y 31, y compárense con la oclusiva de 4.4. (Figura 15):
6. RECAPITULACIÓN DE LAS VARIANTES ACÚSTICAS
En la tabla siguiente se esquematizan las variantes, con los ejemplos que hemos empleado asociados a ellas:
Puesto que en las soluciones combinadas prima un elemento o fase sobre otro(s), ambas categorizaciones –de elementos simples y combinados–pueden fusionarse de la siguiente manera:
En el caso de la secuencia “sonido + [j]”, este último elemento suele aparecer en la pronunciación lenta y esmerada, y constituye un sonido transitorio hacia la siguiente vocal, por lo que la categoría de la que depende es la del primer sonido [ʎj], [ʃj], [ʒj] y [Ɉ͡ j]. Por su parte, las articulaciones africadas (“oclusiva + fricativa”), muchas veces son consideradas variedades de realizaciones cerradas u oclusivas (Ladefoged y Maddieson 1996: 90; Martínez Celdrán y Fernández Planas 2013 [2007]: 47). El caso de la aproximante fricativizada + fricativa postalveolar sonora [jʒ] es una muestra típica de refuerzo rehilante en su tramo final, de ahí que se pueda considerar un tipo de fricativa. Por último, la idiosincrasia del elemento lateral de las soluciones híbridas “lateral + aproximante/africada” nos lleva a considerarlas realizaciones intermedias en las que ya se observan indicios evidentes de deslateralización y refuerzo final, pero conservan aún un primer elemento lateral que las acerca a estadios más conservadores. Por este motivo, están catalogadas como tipos de laterales.
7. DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES
A lo largo de estas páginas se ha propuesto una serie de parámetros acústicos claves en la categorización alofónica del continuum de realizaciones de /ʎ/ y /j/, para que, de manera clara y objetiva, se pueda delinear un número abarcable de variantes con el que operar desde la fonología de corpus. Tales indicios acústicos están vinculados al grado de tensión y de cierre articulatorios, que constituye el hilo conductor de esta propuesta: (a) estructura formántica, (b) presencia de ruido, (c) cierre de la salida de aire y (d) acción de las cuerdas vocales. Así, pueden establecerse dos series –una para las soluciones laterales y otra para las centrales– dispuestas en la tabla 6 en orden creciente de tensión:
Algunos de los hallazgos en el corpus FEC vienen a corroborar lo mantenido por la literatura anterior:
a) Presencia de realizaciones laterales en Castilla y León (en FEC, informantes mayores de Salamanca) y zonas catalanoparlantes (Barcelona y Menorca, según los datos disponibles), cuyos informantes –aunque en distinta distribución etaria– están en la fase conservadora 1.
b) Tendencia a encontrar variantes cerradas (africadas y oclusivas) en posiciones silábicas fuertes: tras nasal o en posición inicial absoluta (Figuras 25 o 28); sin embargo, los casos de refuerzo en posiciones débiles merecen ser tenidos en cuenta (Figuras 15, 22, 26, 27 o 29). Un análisis detallado dialectológico y sociolingüístico podrá determinar la existencia de población concreta (zona geográfica, grupo etario, entorno urbano/rural, sexo, etc.), con una predisposición clara hacia dicha heterogeneidad de soluciones (fase 3 de Moreno Fernández 2004).
c) En líneas muy generales, la solución más extendida para ambos fonemas es la aproximante fricativizada [j] (que equivaldría a la “fricativa débil” de Hualde 2005; o a la fricativa [ʝ] de muchos trabajos sobre el yeísmo).
d) Las soluciones más abiertas se localizan en la zona caribeña (en FEC, La Habana), donde la tendencia hacia la lenición es evidente: [j], [i̯ ]
o elisiones (fase 3).
e) Predominancia de las soluciones rehiladas sordas [ʃ] o ensordecidas parcialmente [ʒ̊ ], frente a las sonoras [ʒ] en el punto de nvestigación de La Plata (Argentina) (fase 4).
Otros resultados suelen destacarse menos o interpretarse de una forma alternativa. Por ello merecen una explicación aparte. En primer lugar, y a pesar de que la literatura aluda a un adelantamiento típico de las realizaciones fricativas (Moreno Fernández 2005) hacia el orden postalveolar ([ʃ], [ʒ]), en no pocos manuales (NGLE 2011), trabajos y volúmenes monográficos sobre el yeísmo (Gómez y Molina 2013) se afirma que la realización mayoritaria de ambos fonemas es fricativa palatal [ʝ]. En el apartado 4.3.2. se ha explicado que, a la luz de la imagen acústica de [ʝ], los resultados en FEC, y lo mostrado tipológicamente por la fonética y fonología generales (Ladefoged y Maddieson 1996), es complejo de articular tal sonido y, por ende, difícil de encontrar en nuestro corpus, si exceptuamos algún caso aislado en Chile (zona en la que sí son más frecuentes las realizaciones mediopalatales fricativas sorda y sonora). Posiblemente, la literatura esté refiriéndose a lo que aquí hemos denominado –siguiendo a especialistas como Martínez Celdrán 1991 o Rost 2013– aproximantes palatales con emborronamiento (aproximantes fricativizadas). Sin embargo, creemos más conveniente no equiparar [ʝ] (figura 14) con [j] (Figuras 7 y 8), puesto que la primera es una fricativa estridente que concentra el emborronamiento en frecuencias altas y la segunda concentra el emborronamiento cerca de los formantes (sonido mate): se trata de una articulación más abierta que [ʝ] por lo que la estructura formántica suele estar más o menos presente.
En segundo lugar, la variedad en las realizaciones laterales –más allá de [ʎj] en pronunciaciones lentas– de las informantes salmantinas es digna de destacar: junto a realizaciones únicamente laterales [ʎ] (Figura 3), no son raras las articulaciones dobles en las que tras el elemento lateral pronuncian otro central con refuerzo articulatorio: [ʎj] (Figuras 20 y 21) o [ʎd͡ʒ] (Figura 22). A pesar de que ambas informantes son distinguidoras, esta solución combinada –que no se encuentra en informantes de otras regiones, como la catalanoparlante– puede estar reflejando un proceso de variación conducente al cambio fónico, en el que se alternarían las soluciones yeístas con las conservadoras (es ya la fase 2, presente en algunos informantes de Salamanca). Además, estas soluciones combinadas también podrían explicar parcialmente el hecho de que en experimentos de percepción realizados sobre la distinción [ʎ] : [j], la pareja de sonidos haya sido discriminada con mayor éxito cuando es pronunciada por hablantes bilingües catalán-español, en los que no se da esa consecución de sonidos (Rost 2015 y 2016).
Resumen:
1. INTRODUCCIÓN
2. MARCO METODOLÓGICO: LA BASE EMPÍRICA
2.1. Fonología de corpus
2.2. El programa de investigación Fonología del Español Contemporáneo (FEC)
3. LAS REALIZACIONES DE <LL> Y <Y> EN EL CONTINUUM DE TENSIÓN. LA DOBLE VÍA: REFUERZO Y DEBILITAMIENTO ARTICULATORIOS
4. CATEGORIZACIÓN ACÚSTICA DE LAS REALIZACIONES SIMPLES DE <LL> Y <Y>
4.1. Lateral
4.2. APROXIMANTES
4.3. La vía de la hiperarticulación: fricativas
4.4. La vía de la hiperarticulación: oclusiva
4.5. La vía de la hipoarticulación: vocalizaciones y elisiones
5. CATEGORIZACIÓN ACÚSTICA DE LAS REALIZACIONES COMBINADAS DE <LL> Y <Y>
5.1. Lateral + central(es): [ʎj ʝ ], [ʎd͡ʒ]
5.2. Aproximante fricativizada + fricativa postalveolar: [j ʒ] y [j ʃ]
5.3. Oclusiva + fricativa (africadas): [d ͡ ʒ], [d ͡ ʒ̥], [t ͡ ʃ]
5.4. Oclusiva + aproximante: [Ɉ ͡ j]
6. RECAPITULACIÓN DE LAS VARIANTES ACÚSTICAS
7. DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES